Malas noticias para Iñaki Urdangarin. Después de que, el pasado 19 de septiembre, el marido de la infanta Cristian disfrutara de su primer permiso para ejercer labores de voluntariado en el centro Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, la fiscalía acaba de solicitar que se revoque la autorización de abandonar la cárcel de Brieva, en Ávila, para realizar labores de voluntariado. Soledad Martín Nájera, fiscal jefe, firma el escrito en el que asegura que no se cumplen los requisitos legales para ese permiso ya que no hay un programa específico de tratamiento porque el yerno del Rey todavía no ha cumplido una cuarta parte de su condena.
Iñaki Urdangarin cumple una condena de cinco años y 10 meses de cárcel y no llegará a su cuarta parta hasta el próximo 28 de noviembre por lo que, para la fiscalía, habría que haber esperado hasta ese momento para la aplicación de cualquier beneficio.
La fiscalía también deniega que Urdangarin esté aislado ‘impuesto por Instituciones Penitenciarias’ como asegura su defensa porque él fue quien escogió, de manera voluntaria, entrar en la cárcel de mujeres de Brieva, y que su ‘aislamiento’ no ha sido impedimento para llevar una vida normal dentro de prisión. «El interno está recibiendo visitas habitualmente, ha realizado actividad física siendo reconocido su derecho al uso de aparatos distintos de los del centro, que no se ajustaban a sus necesidades físicas». Además, desvela que se ha matriculado en varios cursos externos y que, en la cárcel, ha hecho tres talleres distintos «con un aprovechamiento excelente».
Además, la fiscalía no cree que el programa de voluntariado del Hogar Don Orione cumpla los requisitos que fija el artículo 117 del Régimen Penitenciario esgrimido por el juez para permitir sus salidas. Éste debería desarrollar e enriquecer sus aptitudes y compensar sus carencias para facilitar su reinserción laboral cuando cumpla su condena pero, según el ministerio público, este voluntariado no cumple los objetivos.
Antes de esta petición, el juez de Vigilancia Penitenciaria de Castilla y León había aclarado en qué condiciones iba a realizar el marido de la infanta Cristina su voluntariado. Le prohíbe cualquier tipo de comunicación con sus familiares y salir a comer fuera del centro. «Las comidas las realizará el penado en las propias dependencias del centro», aclara el magistrado.
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