Aunque cada día el mundo de la cosmética nos sorprende con innovadores métodos con los que mejorar nuestra silueta o el aspecto de nuestra piel (o al menos, eso aseguran lograr, porque seamos sinceras: rara vez los resultados suelen ser tan impresionantes como se aseguraba serían), cada vez es más habitual que los métodos del pasado o los rituales tradicionales sean los que regresan a nuestros tocadores haciendo que las sesiones beauty tengan cierto sabor nostálgico, señal inequívoca de que la sombra millennial ya se ha hecho también con el mundo de la belleza.
Mucho se habla en Hollywood de una técnica muy económica que promete borrar la celulitis de nuestras vidas y cuyas bondades Gwyneth Paltrow y Selena Gomez señalan con devoción. Por primera vez en mucho (muuuucho) tiempo no hablamos de un método de nombre impronunciable dispuesto a formar parte del listado de nuevas palabras a aprender y a olvidar pasado el hype de la tendencia de turno que iba-a-cambiarnos-la-vida. Hablamos de la técnica del cepillado en seco que, como indica su nombre, consiste en cepillar tu cuerpo en seco. Por supuesto existen cepillos especiales para este cometido (el preferido de Selena es de The Body Shop) y aunque este cepillo que parece salido de una sauna noruega, las celebrities aseguran que merece la pena. Como estamos algo cansadas de tener que vaciar cada temporada las estanterías del baño de productos que prometían ser un milagro para dejar paso a las nuevas promesas beauty, ponemos a examen este ritual.
Los beneficios (reales) del dry brushing
Sabemos que ya te hemos colado un anglicismo, pero, ¿a que es cierto eso de que en inglés todo suena mejor? Esta forma de exfoliación natural activa la microcirculación, elimina con suavidad las células muertas y consigue así que la piel esté más luminosa y bonita. En el caso de que quieras aplicar aceites o cremas anticelulíticas tras cepillarte el cuerpo, este se encontrará en el momento óptimo para absorber los productos a aplicar gracias a esta práctica.
Por supuesto, hemos de cepillar el cuerpo con una presión moderada para evitar tener arañazos o micro heridas por efecto de una presión excesiva. Antes de continuar, he aquí una miniadvertencia: aunque se trata de una táctica inofensiva, aquellas que padezcan de rosácea o psoriasis no deberían llevar esta práctica a cabo.
Si bien es cierto que la exfoliación obtenida es demasiado superficial como para impactar sobre el sistema linfático, al incrementar el flujo sanguíneo consigue que disminuya la apariencia de la celulitis. Otra ventaja de esta táctica es la disminución de las posibilidades de sufrir la antiestética y temida foliculitis.
¿Cómo se hace?
Este ritual del Ayurveda en la India se llama Garsham y su cometido es liberar al organismo de toxinas. Para llevar a cabo el método, has de hacerlo con la piel completamente seca y comenzando desde los tobillos hacia arriba. Los movimientos han de realizarse en sentido ascendente y en línea recta. Cada movimiento se repite tres veces y a continuación se realiza siguiendo movimientos circulares.
Este ritual ha de realizarse diariamente por la mañana, a poder ser antes de entrar en la ducha y en el caso de ir al gimnasio, antes de entrenar. De esta forma, cuando sudes al hacer ejercicio te desharás con mayor facilidad de las toxinas movilizadas durante el dry brushing.
Ok. Entonces, ¿lo hacemos o no lo hacemos?
No existen estudios científicos que señalen que el cepillado en seco sea capaz de terminar con la celulitis, pero sí es cierto que al aumentar el flujo sanguíneo, la apariencia de la celulitis se minimiza gracias a la inflamación temporal que el cepillado provoca. Es decir, los resultados no son a largo plazo, pero del mismo modo que aplicamos maquillaje corporal en nuestras piernas para mejorar su apariencia, el cepillado en seco es un aliado más para presumir de silueta. El efecto exfoliante es innegable, el efecto tensor que provoca es real y al aplicar cualquier producto sobre la piel tras el cepillado, el efecto del mismo se multiplicará gracias a este ritual, por lo que si bien es cierto que un cepillo no va a lograr que tengamos las piernas de Gisele Bündchen (queridas Gwyneth y Selena: ¿por qué nos hacéis creernos estas cosas?), no está de más hacer que forme parte de nuestro ritual de belleza.
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