Penélope Cruz ha hecho historia. La protagonista de películas como ‘Todos lo saben’ ha recibido este viernes el premio Donostia, un galardón con el que el Festival de San Sebastián reconoce su trayectoria cinematográfica, y se ha convertido en la actriz más joven en recoger este premio honorífico. Es, sin duda, la protagonista de esta 67 edición del Festival, ya que además es la imagen del cartel oficial de la edición. Un gran año para Penélope que, estamos seguros, no va a olvidar.
Pero el premio fue especial por partida doble, y es que se lo entregó uno de sus grandes amigos, Bono, que alabó su “fascinante” trayectoria, tanto en la pantalla como fuera de ella. El vocalista de U2 dijo sentirse orgulloso de pertenecer a la “familia” de la madrileña que, visiblemente emocionada, confesó sentirse en “shock” al subir al escenario a recoger el galardón. La fuerte ovación del público del Kursaal duró varios minutos, y entre ellos estaba su marido, Javier Bardem, que no podía dejar de mirar a su mujer con orgullo.
Ella, entre lágrimas, pronunció un tierno discurso dedicado, sobre todo, a su familia: «Siempre fui una gran soñadora. Mis dos grandes sueños eran convertirme en madre y dedicarme a lo que era una pasión desde que era niña, la interpretación». No ha dudado en agradecer a sus padres “por su amor, su apoyo” y por no cortar sus alas para así poder cumplir sus sueños. «Gracias papá, allá donde esté», decía mirando al cielo en recuerdo a Eduardo Cruz, fallecido hace cuatro años.
«Le dedico este premio a mis dos sueños, mis hijos. Y a mi marido Javier, el compañero de viaje más maravilloso que se puede tener. Y sí, él también estaba en mis sueños», añadía emocionada. Por último, saliéndose de lo cinematográfico, quiso terminar su discurso haciendo referencia a la violencia de género, por la que este año ya han fallecido 44 mujeres, más de 1.000 desde 2003. En este sentido, solicitó que sean escuchadas desde un inicio, “no cuando ya es demasiado tarde”.
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