A finales de 2019 nadie podía haber previsto que esa nueva tendencia –o quizá podríamos hablar de truco de estilismo– que asomaba en forma de pinceladas a través de los feed de Instagram de las que más saben de moda, acabaría quedándose en nada… hasta la primavera. A las puertas de la estación cálida y con todas las siluetas de pantalones que hemos decidido probar estos últimos meses –desde los leggings más básicos hasta los jogger, pasando por el chándal y las bermudas–, los ankle tie –es decir, anudados al tobillo– regresan de la mano de Zara para recordarnos que, en realidad, los básicos no tienen porqué ser aburridos. Basta un sencillo gesto para convertir una silueta a medio camino entre unos jogger y un pantalón sastre, en una pieza especial en tendencia. No se trata de atar las tiras de sandalias alrededor del tobillo y por encima del pantalón, no. El lazo va incorporado en el bajo en un guiño a la propuesta de Celine de otoño/invierno 2018-2019 solo que, en esta ocasión, el lazo es finísimo y mucho más discreto y el bajo hace juego con la cinturilla elástica de un pantalón que amenaza con convertirse en la pareja de baile del nuevo traje sastre.
© Cortesía de Zara
Pantalones con el tobillo fruncido, de Zara. COMPRAR
El power suit del que hicieron gala las mujeres que se incorporaron al mercado laboral, allá por los años 80, hizo de los trajes sastre de dos piezas un esencial de los armarios femeninos de la época. Años más tarde, en plena efervescencia del normcore, Phoebe Philo despojaría a los pantalones tailoring de cualquier atisbo de formalismo y nos enseñaría a llevarlos con zapatillas deportivas, mostrándonos así que el confort chic ha estado siempre presente y que no hay que perder un ápice de comodidad para alcanzar el culmen de la elegancia. Por suerte, estas coordenadas de moda han quedado grabadas a fuego en el imaginario popular y, desde hace algunos años, es posible renunciar a tacones imposibles sin renunciar a la sofisticación.
© Cortesía de Zara
Pantalones con el tobillo fruncido, de Zara. COMPRAR
Es precisamente esta relajación progresiva de los dresscode más formales lo que nos ha permitido, a las puertas del verano de 2020, abrazar todas las siluetas de leggings imaginables, los pantalones jogger más holgados y los culottes más cómodos. Cierto es que, a pesar del escepticismo de las más reticentes, los pantalones que no aprietan ni marcan nada son los que determinan las coordenadas de este año y seguirán haciéndolo durante muchos meses más. Así las cosas, la tónica de las próximas semanas tratará de componer un nuevo uniforme de primavera que pasa inevitablemente por combinar los pantalones ankle tie con tu camisa favorita y la nueva versión de las sandalias pala más vendidas de Zara.
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