Joaquín Sabina y Jimena Coronado han contraído matrimonio este lunes de forma civil, en los juzgados de la madrileña calle Pradillo. Lo han hecho en una ceremonia privada y reducida, a la que han asistido familiares como las hijas de Sabina, Carmela y Rocío, y amigos cercanos de la pareja como el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska o el cantante Joan Manuel Serrat, compañero de profesión de Sabina e íntimo de la pareja, que también estuvo presente en el momento de la pedida. La novia no ha querido ir de blanco y ha escogido un vestido azul marino a juego con el traje de Sabina, que también ha lucido un sombrero de paja acompañado de flores en la solapa, camiseta negra y zapatillas de deporte.
Sabina le pidió matrimonio a Coronado en novimebre de 2019 con motivo del 50º cumpleaños de ella. El cantante, de 71 años, no vio mejor momento para hacerlo, pero el culpable de que se conociera la noticia fue su amigo y la pareja musical en reiteradas ocasiones: Serrat. El artista catalán lo reveló en una entrevista en el programa argentino Teleshow, con motivo de la tercera gira que ambos hacían juntos. "Fue hace pocos días. Cuando le pidió casarse a Jimena. Se arrodilló y le regaló un anillo…Ah, fue tan hermoso…", contaba Serrat en el programa, a lo que Sabina le recriminaba que era algo secreto, pero terminaba confesando: "Yo tengo 70 años, el día que la Jime cumplió 50 doblé la cerviz y en verso…". Entre risas Serrat también comentaba que no pudo aprenderse el verso porque Sabina estaba llorando.
La boda de la pareja –a la que todos los asistentes han acudido con mascarilla, incluidos los novios– se ha visto retrasada por la realidad del coronavirus, además de por el accidente que el artista sufrió el pasado 12 de febrero. Entonces, el cantante fue hospitalizado después de caer, deslumbrado por un foco, desde el escenario del madrileño WiZink durante el concierto que ofrecía junto a Serrat. En principio, parecía que solo tenía unas fracturas en un hombro, pero después tuvo que entrar en quirófano para ser operado de un traumatismo craneal que no se le detectó inicialmente. Recibió el alta hospitalaria tras más de una semana ingresado en la Clínica Rúber de Madrid. Junto a él estuvo en todo momento Jimena, la persona que siempre le ha acompañado en los momentos más difíciles de su vida, pero también en los más bonitos desde que se conocieron.
Jimena Coronado y Joaquín Sabina coincidieron por primera vez hace más de 20 años en la habitación de un hotel en Lima. Seguro que la pareja recuerda el lujoso hotel Sheraton con cariño, ya que ahí tuvieron su primera cita, aunque fuera de carácter profesional. Sabina posó para la reportera gráfica, que trabajaba para el diario El Comercio, y entonces saltó la chispa entre ambos. Pero en aquel momento no era todo tan idílico, pues ambos tenían otras parejas y la relación no pudo prosperar.
Tras varios años en contacto, Jimena Coronado telefoneó a Sabina con el pretexto de la muerte de un escritor muy querido por ambos, aunque la verdadera razón de la llamada era otra. “La relación que impedía que tú y yo estuviéramos juntos se ha acabado”, le confesó. Se dice que en ese momento Sabina también se estaba reponiendo de un duro golpe: su pareja, la argentina Paula Seminara, acababa de dejarle y el cantante le envió una carta a su ahora prometida. Corría el año 1999 e iniciaban la relación más larga que ambos han mantenido.
Justo cuando salía a la luz el icónico disco 19 días y 500 noches, Sabina encontraba la suya y la fotógrafa peruana se mudaba a Madrid con él a la casa que el artista tiene en la calle Relatores, junto a la madrileña Plaza de Tirso de Molina. Desde entonces llama cariñosamente ‘Jime’ a la hija del expresidente del Banco Central de Reserva del Perú, Pedro Coronado Labó. No es la primera vez que Sabina mantiene una relación con la hija de una personalidad destacada. La madre de sus dos hijas, Isabel Oliart, es hija del exministro de Industria de UCD y presidente de RTVE Alberto Oliart. Las hijas del cantante, Carmela y Rocío Martínez Oliart, con las que Jimena Coronado mantiene una muy buena relación, son fruto de la inspiración de las últimas canciones del cantante: Ay Carmela y Ay Rocío.
La canción Rosa de Lima es una de las pocas de amor con nombres y apellidos que el cantante ha dedicado. Jimena Coronado es su musa y le apoya en todos los sentidos, además de actuar como fotógrafa oficial y como representante del cantante. El papel de Jimena lo hemos visto también en otras situaciones detrás de la cámara. Se la ve siempre fuera de plano, pero queda plasmado su papel de apoyo, como en una entrevista con Arturo Pérez Reverte en la actuaba casi como su asistente. También ha acompañado y cuidado al cantante en su depresión, ayudándole a encontrar el equilibrio.
"Jimena me ha salvado la vida más de una vez", ha explicado en alguna ocasión Sabina. La fotógrafa ha estado presente en uno de los momentos que han marcado la vida del cantante: el ictus cerebral que sufrió en el año 2001. “Lo último que recuerdo de aquella noche, antes de despertarme, es que iba por el pasillo hacia mi habitación trastabillando y tocando las paredes, y muy, muy, muy, muy, muy borracho. Teniendo en cuenta además que acababa de dejar la coca, con sólo aspirar el corcho escocés me emborrachaba. El caso es que no sé a qué hora, creo que eran las cinco de la mañana, me desperté muy alucinado. Tenía la cabeza a los pies de la cama. Quise levantarme e ir al baño, y noté que no podía. Tenía la pierna y el brazo derechos absolutamente paralizados, pero sin el más mínimo dolor. El dolor, dicen los médicos y los filósofos de la medicina, es lo que te avisa, claro, de que algo pasa, como la fiebre. El caso es que no noté dolor alguno. De hecho, la pierna y la mano paralizadas realmente las noté tres días después, esa noche no. Porque, como te digo, me había acostado muy borracho y debía de tener una resaca de muerte. Cuando noté que no podía levantarme, grité: ‘¡Jime! ¡Llévame a un hospital, no me puedo levantar’, como los de Mecano [risas]. Llegamos al hospital y yo, que soy de muy poquito comer, me ventilé dos bocatas acompañados de una cerveza”. Así lo contaba él mismo en el libro En carne viva, de Javier Menéndez Flores, un escritor cercano al artista y que ha publicado mucha información sobre él.
El cantante, que había renegado del matrimonio en algunas de sus canciones, pasará por el altar por segunda vez con Jimena Coronado. Ya lo hizo allá por el año 1977 con Lucía Inés Correa, aunque Sabina siempre cuenta que la razón principal que le movió a dar el paso fue la de obtener el ‘pase de pernocta’, por el que se permitía a los soldados dormir en su casa. El matrimonio con Lucía duró ocho años.
Artículo publicado originalmente el 8 de noviembre de 2019 y actualizado.
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