La imaginación se dispara, nos anticipamos a los problemas y luego pasa lo que pasa: el estrés, la culpa y las emociones negativas nos quitan la energía y las ganas de disfrutar de la vida. La incertidumbre con la que vivimos estos días no nos ayuda a estar especialmente relajadas, pero ante el riesgo de caer en una ataque de estrés crónico ha llegado el momento de tomar medidas. ¿Cuáles? Las que te propone el mindfulness: centrarte en el aquí y el ahora. Por si no sabes por dónde empezar, aquí tienes tres técnicas fáciles y eficaces que te pueden ayudar a conseguirlo. Y si necesitas más ayuda no te pierdas el libro Calma, 50 ejercicios de mindfulness y de relajación para reducir el estrés (ed. cinco tintas).
La técnica de la respiración de globo
Intenta hacer este ejercicio de respiración en épocas de estrés a primera hora de la mañana o a última de la noche, justo antes de acostarte. Este tipo de respiración garantiza que podrás centrar tu mente en el momento presente con lo que te ayudará a descansar.
Para hacerla siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo y la espalda erguida. después, cierra los ojos lentamente mientras inspiras mucho aire y lo aguantas en tu pecho. Con suavidas, coloca las manos sobre el pecho e imagina que tus pulmunes son un globo de color intenso.
A medida que sueltas el aire lentamente, visualiza el globo deshinchándose. Luego imagínalo inflándose de nuevo a medida que tomas aire. Sigue llenando y vaciando el globo, concentrándote en la sensación de expansión y contracción hasta que notes que tu cuerpo se relaja. Si tu mente se quiere “escapar” y ponerse a pensar por su cuenta, frénala y vuelve a centrarla en el globo.
Habla con tu mascota (imaginaria)
Este es un buen ejercicio para hacerlo durante cinco minutos al empezar el día y está especialmente pensado para las personas que se quedan atrapadas en pensamientos negativos repetitivos que dañan su autoestima y acaban sintiendo estrés por ello.
El truco consiste en desarrollar una voz interior más amable que la que sueles oír a menudo y para ello tienes que imaginarte la mascota más adorable del mundo y capaz de seguirte en todas las actividades de tu día a día. Da igual que quieras que sea un perro, un gato o un unicornio mientras a ti te guste. Lo importante es que visualices a tu mascota y todo lo que te quiere.
Como tu mascota es muy obediente e inteligente felicítala a menudo y, si algo no lo ha hecho bien, corrígelo con voz firme y cariñosa. Antes de abrir lo ojos recuerda cómo le has hablado a tu mascota y prométete que a partir de ahora te hablarás a ti misma igual de bien, con el mismo cariño y las mismas ganas de gratificarte cada vez que hagas algo bien por pequeño que sea.
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