Anoche se celebró en el palacio de Noordeinde, en La Haya, la tradicional cena del Consejo de Estado. Un organismo del gobierno holandés, designado por la Corona, que existe desde 1531 por lo que es una de las instituciones más antiguas. Esta cena marca el comienzo de curso y lleva oficiándola la Familia Real de los Países Bajos desde hace siglos.
Máxima de Holanda eligió para la cita uno de los vestidos más románticos de su vestidor. Un diseño vaporoso, con escote en uve y abundante vuelo firmado por Luisa Beccaria. El estampado combinado de distintos tipos de flores en la falda y el cuerpo y las mangas acampanadas le confieren un punto original dando como resultado un equilibrio perfecto entre clasicismo y modernidad.
Esta firma italiana no es precisamente la que más prolifera en el armario de la reina Máxima pero sí que cuenta con una clientela bastante fiel de sangre azul. Rania de Jordania, por ejemplo, ha recurrido a ella con frecuencia y hace poco lady Gabriella Windsor la eligió para que la vistiera el día de su boda. Sus vestidos románticos, vaporosos y ultra femeninos son su seña de identidad.
Máxima de Holanda combinó el vestido con un conjunto de diamantes y zafiros. Un precioso collar que cae en cascada perfecto para un escote de pico y unos pendientes a juego. No llevó esta vez tiara y apostó por llevar el pelo suelto, dándole así al conjunto un aire mucho más moderno y desenfedado.
Es exactamente la misma fórmula que eligió para lucir por primera vez este diseño, hace casi exactamente dos años confirmando que el tiempo no pasa por ella ni por los exquisitos diseños de Luisa Beccaria.
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