“Cuando en el comedor del colegio veía que el plato tenía forma de animal –como un muslo de pollo– no me lo podía comer. Era muy reacia a comerme algo que me gustaba acariciar o darle besos”. Desde niña, la actriz y escritora canaria Sara Sálamo (Santa Cruz de Tenerife, 1992), ha tenido muy claros sus principios y sus ambiciones. Con 18 años, dejó atrás su ciudad de origen para introducirse en la jungla madrileña y vivir su sueño: la actuación. Un mundo muy difícil en el que nos asegura que "en el 90% de los casting responden con negativas a sus aspirantes".
Pero Sálamo es una mujer constante, hecha a sí misma, que con menos de 30 años goza de una buena posición en su profesión. Han podido verla en series de televisión como Brigada Costa del Sol (2019) o en películas como Todos lo saben (Asghar Farhadi, 2018) junto a Penélope Cruz y Javier Bardem. Además ha escrito un libro, ha formado una familia con el centrocampista del Real Madrid, Isco Alarcón y nos cuenta "que tiene mucho más que ofrecer".
A raíz de su reciente trabajo como embajadora de la nueva línea BIO de Cien, la marca cosmética de Lidl, hemos podido hablar con la canaria de su compromiso con el medio ambiente, su última película (El año de la furia, Rafa Russo, 2020), de lo injusto de las etiquetas (muchos la reducen a WAG o ‘mujer de’), de su segunda maternidad, de las redes sociales y de su preocupación por las consecuencias de una sociedad exacerbada por la situación en la que nos ha tocado vivir.
https://www.instagram.com/p/CBnUxnMK_tC/
Me llegan cientos de mensajes y fotos para felicitarme por mi colaboración como embajadora de la línea vegana Skin Foodies de @lidlespana y ciertamente yo no puedo estar más contenta y orgullosa de apoyar con mi imagen esta línea de productos que no solo son respetuosos con nuestra piel, sino con los animales y el planeta. Entiendo la moda y la cosmética vegana Como algo imprescindible a corto plazo. Y, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer, pequeños gestos como este, marcarán la diferencia. #soyskinfoodie
A post shared bySara Sálamo (@sarasalamo) on
Tu colaboración con la nueva línea BIO de Lidl nace a raíz de tu compromiso con el medio ambiente. Nos comentabas que si no necesitabas "animales para comer, mucho menos para estar guapa". Eres una férrea defensora de los derechos de los animales y has llevado este pensamiento a todos los aspectos de tu estilo de vida. A tu forma de cuidar tu piel, de vestirte y de comer. ¿Es fácil compatibilizarlo con tus compromisos y los de tu pareja?
Hay sitios que es más sencillo que otros. Países donde me quedaría a vivir por la alimentación que llevan. Y otros donde cuesta más porque hasta la ensalada te la ponen con atún. Soy vegetariana, no consumo leche, y vas a un bar y pides leche vegetal y te dicen: “No, pero tengo desnatada”. Hay una cuestión cultural y de desinformación en la hostelería con este tema. Pero creo que poco a poco se va paliando.
¿Y en casa? ¿cómo os gestionáis?
Hemos optado por tener dos neveras. Cada uno la suya. Así no hay confusión. Antes, aunque no me lo comiera, era capaz de preparar un plato de origen animal pero ahora soy totalmente incapaz de hacer un sándwich con jamón o meter un plato en el microondas que lleve animales. Lo paso muy mal.
https://www.instagram.com/p/CGpIIBBlyv2/
Tu hermano Theo nos está haciendo la espera muy amena?? ¿a que si @iscoalarcon ? Foto: @antonioterronphoto
A post shared bySara Sálamo (@sarasalamo) on
El rodaje de El año de la Furia fue el año pasado –antes del coronavirus– en Uruguay. Una película que habla sobre la Dictadura cívico-militar del 37 en este país. Además acababas de ser madre de tu primer hijo, Theo. ¿Cómo te preparaste para este proyecto?
Sí, mi hijo había nacido hacía muy poco y como aún le estaba dando el pecho, quise llevármelo conmigo al rodaje. Mi madre se pidió vacaciones para acompañarnos. Fue bastante intenso, no sabía lo que era un postparto. Aunque no fue difícil solo a nivel personal, también profesional. Aunque era un papel secundario, me exigía un gran esfuerzo a la hora de prepararlo. Principalmente por el acento. La historia también es muy dura. Habla del año que precede la dictadura en este país. La volví a ver por segunda vez en el preestreno que se hizo en la Seminci. Me sorprende que se hable de temas que estamos tratando estas semanas: toques de queda, represión de libertades… da auténtico vértigo. El 73 se denomina ‘El Año de la Furia’ porque precede a la dictadura uruguaya. Un hervidero social cargado de rabia (con sus respectivas consecuencias). Me aterroriza. Sobre todo ahora que observo que con las redes sociales nos enquistamos más en nuestra forma de pensar. Tanto seas de una ideología como seas de otra, las redes sociales no paran de darte la razón. Te vas empoderando en tu verdad y odiando a los que no piensan igual que tú. Probablemente esto acabe en tragedia. Da mucho miedo.
Aunque siempre has sido muy activa en las redes sociales. Se viralizaron algunos tweets donde criticabas a un partido político se interpretó como Vox] y otro sobre el mundo del toreo que levantaron muchas ampollas.
Sí, pero cada vez menos. Le he cogido un poco de fobia. No se puede debatir de una forma moderada. Se está llegando a unos límites de amenazas de muerte en la que ya nombran incluso a mis hijos. No sé hasta qué punto me compensa.
Nos sorprende que con tu nutrida trayectoria profesional, aún en redes y en ciertos medios, te pongan la etiqueta de “mujer o novia de” y olviden que detrás de tu nombre hay una persona con mucho trabajo a la espalda.
Esto lo vivimos todas. Ayer leía una noticia sobre la monarquía que hablaba de que se había frustrado un matrimonio entre la infanta Leonor y Christian de Dinamarca. Yo me preguntaba: ¿por qué están dando por hecho que esta chica es heterosexual?, ¿por qué se da por hecho que quiere casarse?. Y por último, ¿en qué momento estamos dando por hecho un matrimonio de menores? Son cosas que me hacen sentir que estamos yendo hacia atrás. Por mucho que nos llamen histéricas, estamos a años de luz de vivir en una sociedad igualitaria.
¿Y cómo lo vives personalmente? ¿Te llega a afectar?
Al principio me molestaba mucho. Me costó mucho dar el paso de dejar una ciudad yo sola con 18 años, dejar a mis amigos y familiares. Mis compañeros artistas me entenderán cuando hablo de lo difícil que es hacerse un hueco en esta profesión donde en el 90% de las veces te dicen que no. Es una profesión muy inestable donde cuesta mucho incluso hacer un casting. Que tú hayas conseguido por ti misma trabajar con un director que tiene dos Oscar, para mi es un logro. Hechos que para mi eran metas profesionales y personales muy importantes, se vean reducidas a con quién estoy o dejo de estar… es triste. Aunque ya ha sido tantas veces que paso. Uno sabe lo que trabaja y los resultados están ahí y la gente que tiene que saber cómo trabajo lo sabe.
https://www.instagram.com/p/CC-0RSnqRzt/
¡Feliz día del libro! No sabéis la ilusión que me haría estar hoy firmando ejemplares o conociendo vuestra opinión y charlando en un coloquio sobre “El ocaso del mono que arañaba la pared” Os prometo que estoy haciendo todo lo posible para organizar algo pronto que sea seguro para todos ? ¡Mientras os leo! Cada mensaje privado, cada crítica que me enviáis, me ilusiona como si fuera la primera. #elocasodelmonoquearañabalapared @mrediciones #diadellibro
A post shared bySara Sálamo (@sarasalamo) on
En tus redes sociales, como en tu libro El ocaso del mono que arañaba la pared (2020),muestras que, como sociedad, tendemos a idealizar la maternidad.
Sin duda es la experiencia más intensa y absorbente del mundo. Al menos, yo que soy intensa en general, la he vivido en muchos momentos desbordada. Tenemos la imagen de la madre como una mujer que llega todo: una persona dulce, cariñosa, trabajadora, que además asume el rol de la casa… y ciertamente, desde que soy madre, no entiendo cómo mi madre era capaz de llegar a todo.Solo el hecho de salir a la calle ya es significativo. Ya nunca lo vas a hacer sola. Siempre vas a ir acompañada de alguien que depende de ti. Lo que se les quiere es una locura pero es cierto que los primeros años abandonas tu vida normal. Además hay una cosa en la maternidad muy importante: “todo lo que has escupido te va a caer en el ojo”. “¿Yo? Eso no lo haría nunca”. Y al final lo haces. Lo malo es que todo el mundo opina y eso merma mucho.
Y tu segundo embarazo llega en mitad de una pandemia.
Fue con premeditación y alevosía. Sobre todo porque desde el primero tenía mucho miedo a no poder ser madre. Varios médicos me diagnosticaron endometriosis y me aseguraron que tenía muchas posibilidades de no ser madre nunca. Incluso, congelé óvulos. Como estábamos en mitad de una pandemia, pensamos: “ahora que hay un parón mundial, podemos aprovechar”. Además, cuando se reanude la industria me gustaría estar preparada para volver a trabajar. ¡Lo que no pensábamos que fuera tan pronto!
https://www.instagram.com/p/CF1sSMMl1A8/
A bombo y platillo. #babynumber2 ?
A post shared bySara Sálamo (@sarasalamo) on
Has tenido un hijo, has plantado un árbol, escrito un libro… y sigues triunfando en el mundo de la interpretación. ¿Qué sueño te falta por cumplir?
Cuando empecé a trabajar en esto tenía mucha ansiedad porque vieran todos mis registros. Con 18 años sentía que se me acababa el tiempo. Ahora que llevo 10 años dedicándome a la interpretación, es cuando siento que es una carrera de fondo. Mi sueño es hacerme viejita trabajando de esto. Y quiero saborear y disfrutar de cada proyecto.
Y ahora la pregunta del millón y máxima actualidad. ¿Cómo estás viviendo la situación de la pandemia?
Es muy difícil estar a la última hora. Debería ser "último minuto". En una hora han cambiado tantas veces de opinión que es complicado estar al tanto de todo. Esperemos que pase pronto y si no, yo pediría que todos apelásemos de la responsabilidad individual. Delegamos mucho en las medidas que se toman desde arriba pero no pensamos en qué podríamos hacer nosotros para salir antes de esto. Al final todos tenemos ganas de que acabe pero tenemos que trabajar para conseguirlo.
Fuente: Leer Artículo Completo