En los últimos años, la cultura de la indignación se ha adueñado de la conversación en redes sociales en multitud de ocasiones. Pero Barack Obama está más que dispuesto a enfrentarse a ella.
La cultura de la indignación, también conocida en Estados Unidos como cultura de la cancelación, responde a la atmósfera de crispación que existe en torno a cualquier persona que vulnere unos principios básicos de puritanismo sobre determinadas cuestiones culturales y políticas. Sea Kim Kardashian llamando Kimono a su línea de fajas, y por tanto ofendiendo a los japoneses, o el cineasta James Gunn y sus chistes negros de hace una década, refiere a una cultura que tiende a dirigir una oleada de cabreo a quien comete el pecado.
Obama defiende que la gente debería dejar pasar de largo esas preocupaciones sobre la llamada woke culture. Es un concepto que refiere a la idea de quién está verdaderamente despierto como para decidir qué es políticamente correcto y qué no lo es. En redes sociales, es habitual que un periodista o un famoso acapare los trending topic si ha dicho algo que se sale de esas normas preestablecidas. Hace poco más de una semana, la actriz latina Gina Rodríguez tuvo que disculparse después de decir la palabra nigg** (negrata, en español) en una story de Instagram y convertirse en trending topic en Twitter por ello.
"El mundo es complicado. Hay ambigüedades. Las personas que hacen muy buenas cosas tienen defectos. Las personas contra las que estás luchando pueden amar a sus hijos y compartir ciertas cosas contigo", dijo Obama en una ponencia de la Obama Foundation este pasado martes en Chicago.
El expresidente compartía escenario con la actriz Yara Shahidi, que como Malia Obama estudia en la Universidad de Harvard. Obama cree que los campus universitarios son precisamente uno de los lugares donde el problema de la cultura de la indignación tiene mayor presencia —algo que además se acelera por culpa de las redes sociales: "A veces existe la sensación de que para que yo pueda crear cambio tengo que ser lo más moralista posible con otra personas y que con eso bastará".
"Si yo tuiteo o creo un hashtag sobre por qué tú no has hecho algo de la forma correcta o por qué has usado el verbo equivocado, entonces me puedo recostar y sentirme muy bien conmigo mismo. ‘¿Viste lo woke que he sido? Te he llamado la atención’. Y ahora me voy a ir a ver la tele y ponerme una serie", añadió Obama. "Eso no es activismo. Eso no es traer el cambio. Si todo lo que haces es tirar piedras, probablemente no vas a llegar muy lejos".
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