Fue una pieza fundamental en la carrera espacial de la moda, abanderando la vanguardia futurista entre los cincuenta y los sesenta; diversificó su nombre en licencias –tantas como pudo alrededor del globo– y se lanzó a la creación de vestuario escénico.
Hijo de unos terratenientes italianos, Pierre Cardin (el apellido original llevaba tilde) y sus padres huyeron del fascismo y se instalaron en Saint-Étienne primero y en Vichy después. El joven Pierre se empeñó en ser actor, sin mucho éxito; salvo que del periplo sacó una sólida amistad con Jeanne Moureau, y tras vadear las dificultades actorales aún consiguió hacerse un hueco en mundillo como diseñador de vestuario escénico para Vittorio de Sica o Jean Cocteau.
Pierre Cardin empezó a trabajar a los 14 años hasta convertirse en un auténtico icono de la moda. Pasó por Paquin, por Schiaparelli y por Dior, y en 1950 fundó su propia casa. La carrera especial le pilló en activo y surfeó la ola con pericia, entregando sin descanso colecciones consagradas al futuro y a la vanguardia. Se empeñó en democratizar el producto y hacer extensible a un mayor número de gente su talento con las líneas de prêt-à-porter, y lo consiguió.
Cardin fue punta de lanza en un modelo de negocio que extendió ad libitum la concesión de licencias (más de 600 repartidas en 100 países, de corbatas a sartenes) pero que le ayudaron a mantener el control de su firma, como también fue punta de lanza en la conquista del gigante asiático: él ya viajó a China en 1957 para dar buena cuenta de su trabaja ante la clientela asiática. Auspició la carrera de Paco Rabanne y la de Jean-Paul Gaultier, y hasta se hizo en halagos con el trabajo de Simon Porte Jacquemus, de quien afirmó en su día que tiene una visión muy personal (algo imprescindible para triunfar en estos lares).
Hoy, 29 de diciembre de 2020 nos despedimos de este diamante del mundo de la moda que nos ha dejado a los 98 años con este repaso por algunos de los momentos más destacados de su vida.
Pierre Cardin nació en San Biaggio de Callalta, en Treviso (Italia) el dos de julio de 1922. Hijo de terratenientes, la llegada del fascismo les hizo cambiar de ubicación forzosamente, hasta que después de varias paradas llegaron a París. Cardin entró a trabajar en varias casas de moda muy populares en la primera mitad del siglo, como Paquin o Schiaparelli. © Getty Images
Pierre Cardin tuvo la intención de emprender una carrera en el cine, pero estuvo a tiempo de reconsiderarlo. Quizás su talento no estaba frente a la cámara sino detrás, confeccionando el vestuario. Del aquel intento le quedó una gran amistad con la francesa Jeanne Moureau. © Getty Images
Antes incluso de que nadie hablara del gigante asiático, Pierre Cardin ya atisbó el potencial del mercado chino y japonés, por eso viajó a los dos países en 1957. Su visión y su deseo era poder expandir su firma y sus productos: hacerlos llegar a más gente, a más lugares; democratizarlo, en definitiva. Quizás por eso tenía tanta pasión por el futuro, porque de algún modo sabía que por ahí iban a ir los tiros años después. © Getty Images
Junto a Courréges lideró el movimiento estético por la conquista del futuro entre el final de los 50 y el principio de los 60. Un tiempo de cambio que se acompañó de una moda ad hoc: tejidos tecnológicos, formas geométricas y un gusto rabiosamente nuevo por lo nuevo (valga la redundancia). © Getty Images
Dueña por derecho de la elegancia y la clase sencilla y discreta, la señora Jacqueline Onassis –ya viuda del presidente de los Estados Unidos– pudo optar a un abanico de diseñadores mucho mayor, no sólo americanos. Por eso, de visita en Francia, no dejó escapar la oportunidad de entrar (y cargar) en una tienda de Pierre Cardin. © Getty Images
En aquel momento, las actrices tenían otro peso (no sabemos si más o menos, pero sin duda otro). No es que asistieran a los desfiles y en ubicación privilegiada, que eso pasaba y aún pasa. Es que tenían el poder de elegir parte del vestuario que se mostraba en sus películas. Mia Farrow, una de las actrices de los 60, no dudó en usar el vestuario de Cardin en diferentes films. © Getty Images
Pierre Cardin en la plaza roja de Moscú rodeado de modelos con diferentes diseños suyos. © Getty Images
Así se llamaba el perfume, claro: Enigma. Y por eso lo presentó allí. Otra de las genialidades del diseñador. © Getty Images
Lo que bien acaba. Pierre Cardin, junto a dos maniquíes, salió a saludar al final del desfile retrospectivo con lo mejor de su trabajo, celebrado en París en noviembre de 2016… © Getty Images
Después de su retirada le hemos visto en contadas ocasiones durante los desfiles de grandes amigos, como por ejemplo el de Jean Paul Gaultier en enero de 2018 durante la Semana de la Moda de París. El pasado septiembre de este 2020 se estrenó el documental House of Cardin donde se explora la vida y legado de este icónico maestro de la moda.
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