María Teresa Campos lleva más de dos años sin aparecer en antena más que en ocasiones puntuales para ser entrevistada. Vamos, que no tiene un programa propio, un proyecto, un puesto de trabajo al que acudir cada día para hacer lo que ha hecho durante décadas: ponerse delante de las cámaras e informar y entretener.
La pasada primavera, se terminó su contrato con Mediaset, que decidido no renovar. Se dijo que este mes de octubre comenzaría un nuevo proyecto del que no se dieron más datos. Ahora, con ese mes comenzado, no se vislumbra en el horizonte que la veterana vaya a ponerse delante de las cámaras a corto plazo, y la revista ‘Lecturas’ ofrece una información este miércoles que no habla de que el panorama vaya a cambiar.
Acostumbrada a un buen tren de vida, esta ausencia de ingresos provenientes de su trabajo han provocado que Maria Teresa haya tenido que ser flexible y bajar el precio de su casa, puesta a la venta hace mucho tiempo. Pedía 4,3 millones de salida, pero está decidida a negociar a la baja por un inmueble que le supone 8.000 euros de gastos mensuales.
Además, tenía pensado, según se deshiciera de este chalé, de irse a vivir de alquiler con su pareja, Edmundo Bigote Arrocet. De hecho, llevaba meses pagando el piso al que ya le habían echado el ojo, pero la venta se está demorando y es un gasto que, en estos momentos, no puede permitirse: 4.700 euros mensuales.
Por si fuera poco, también le ha reducido el horario -y con ello el sueldo- a Gustavo, su chófer. Le sale más rentable tirar de taxi o VTC. Todo ahorro, en estos momentos, es poco. Al menos, hasta que se ordene su situación laboral.
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