Uno de los deportistas más laureados y queridos de la historia del deporte español se convertirá en un hombre casado este sábado. Rafael Nadal dará el ‘sí, quiero’ a su novia desde hace más de 15 años, Xisca (o Mary, como la llama el tenista, o María para sus amigos) Perelló. La gran boda, que previsiblemente congregará a un buen número de deportistas de máximo nivel y que contará casi con total seguridad con el rey Don Juan Carlos como invitado (es gran amigo de Nadal), se celebrará en Mallorca, concretamente en la lujosa finca privada Sa Fortalesa, situada en Pollença.
Tanto la familia de Rafa como la de María Francisca (que así es como se llama la joven de 31 años) están encantados con el enlace y es que la pareja ha estado muy unida desde que se conocieron gracias a la hermana del tenista, Maribel, que estudió en el mismo colegio religioso que ella, el Pureza de María. Mary es una chica tímida, educada y de lo más discreta, de la que apenas hemos escuchado su voz en un par de ocasiones, y tanto ella como sus padres han mantenido siempre un perfil bajo de cara a los medios de comunicación.
Los progenitores de la joven licenciada en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Palma de Mallorca (dicen que mientras estudiaba evitó que nadie supiera que era la novia del tenista para seguir siendo ‘una más’ en la facultad y que vivía en Palma compartiendo piso con la novia de un amigo de Rafa) también son de Manacor, el municipio mallorquín de unos 40.000 habitantes que vio nacer tanto a Xisca (que es hija única) como a Rafa, y llevan toda la vida veraneando en Porto Cristo, curiosamente donde hoy viven los novios en un chalé valorado en unos cuatro millones de euros.
Familia de constructores
Su padre, Bernat Perelló, no es un desconocido en la isla y son muchos los que hablan del gran patrimonio que posee el que será el suegro del doce veces campeón de Roland Garrós gracias a su legado familiar y a su trabajo. El abuelo de Xisca, conocido como Patró, fue un constructor y maestro de obras a la antigua. Es famoso en la isla por haber formado a artesanos de la piedra y por haber llevado a cabo la rehabilitación del campanario de la iglesia local de Manacor y de la Torre dels Enagistes, que alberga el Museo de Historia de la localidad y que está al lado de la academia de tenis de Rafa Nadal. Bernat, el padre de Mary, es empresario inmobiliario y la posición económica de la familia no es para nada desdeñable.
La discreción de la que hace gala Xisca parece haberla heredado de su madre, María Pascual, que lleva media vida trabajando como funcionaria en el Ayuntamiento manacorí. Pascual es una gran aficionada al tenis y junto a algunas amigas (entre las que se encuentra la tía de Rafa, Marilén) suelen celebrar cenas sociales y partidos en el club de Manacor con la ayuda del que fuera entrenador y también tío del tenista, Toni Nadal, según publicaba hace un tiempo El País.
Sigue con sus amigos de siempre
Desde el inicio de su relación en 2005, la joven ha permanecido en un segundo plano. No acompaña a Rafa a todos los torneos, solo a los más importantes, y le deja su espacio a la hora de entrenar y concentrarse. Entre ellos hay una confianza absoluta porque se conocen desde que eran dos adolescentes y juntos han vivido sus grandes éxitos y algún que otro fracaso.
Cuentan que Xisca siguen manteniendo su grupo de amigas del colegio en Manacor, que va a un gimnasio cercano a su casa y allí practica spinning, que cuando Rafa está en casa les gusta ir al cine o salir a tomar algo por los bares de la localidad, y que los dos huyen de eventos sociales para disfrutar de la tranquilidad y el anonimato. Pero si hay algo que comparten es su amor por el mar y es habitual verles pasar largas jornadas a bordo del espectacular yate que Rafa compró este verano por cinco millones de euros o jugar un torneo de fútbol en Cala Romántica, una de sus favoritas.
Xisca, que ni siquiera tiene redes sociales aunque sí un club de fans en Instagram, es además una joven muy trabajadora y no ha querido nunca disfrutar de los privilegios de ser ‘novia de’. Cuando terminó la carrera trabajó unos meses en el departamento de comunicación de Endesa, luego entró como asistente en el área de gerencia de Mapfre en Mallorca y más tarde decidió marcharse a Londres para especializarse en marketing deportivo.
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Hoy, la que este sábado se convertirá en mujer del mejor tenista de este país, es la directora de estrategia y relaciones institucionales de los proyectos de integración social de la Fundación Rafa Nadal, entre los que destaca el Centro Fundación Rafa Nadal de Mallorca o la Nadal Educational Tennis School, ubicada en una de las zonas más pobres de la India, donde atienden a niños y niñas de diferentes comunidades desfavorecidas. Viaja con asiduidad a Barcelona y trabaja codo con codo con su suegra, Ana María, que es la presidenta y con la que mantiene una relación muy estrecha.
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