Aunque se está preparando para ser reina (con todo lo que eso implica: mantener un estilo de vida más estricto que Meghan Markle o las princesas Beatriz y Eugenia de York), Kate Middleton siempre ha hecho todo lo posible para que sus tres hijos vivan una infancia lo más normal posible, a pesar de que se están criando como pequeños royals.
Pero los tiempos han cambiado y nada tiene que ver la educación que recibió el príncipe Carlos de Inglaterra (que pasó su infancia lejos de sus padres en un internado súper estricto), de la que tuvieron décadas después sus hijos. De hecho, Diana de Gales siempre se aseguró de que ellos recibiesen todo el afecto que un niño necesita y que no siempre es tan habitual en la realeza.
La importancia de esa cercanía la han asimilado los dos hermanos, los príncipes Guillermo y Harry, que han valorado mejor que nadie la importancia de haber tenido una crianza así. Y ellos tampoco se la han negado a sus hijos. Los duques de Sussex quieren que Archie viva una infancia alejada de los medios y los duques de Cambridge hacen todo lo posible para que sus hijos participen en actividades que realmente los haga felices y les permitan desarrollar su creatividad.
Ahora además, sabemos que el príncipe Louis, que solo tiene un año y medio, ya está recibiendo clases de música; una actividad que se conoce como Monkey Music y que está destinada a bebés, niños y preescolares, pero también a sus madres: juntos cantan y bailan, por solo 12 libras, un día a la semana.
Esta actividad semanal ejercita la “memoria visual” y los pequeños interiorizan en qué consiste el ritmo. Al finalizar la clase, que forma parte de la prestigiosa escuela Thomas’s Battersea a la que acuden los príncipes Charlotte y George, suena música relajante, con la que todos acaban descansando y alejándose por unos minutos (al menos, mentalmente) de sus quehaceres diarios; en este caso, de los de una royal.
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