Mientras el resto del mundo celebraba las Navidades de 2018, Liam Hemsworth y Miley Cyrus se casaban en Tennessee, junto a algunos familiares. La cantante quiso compartirlo con sus seguidores horas después y su cuenta de Instagram se plagó de fotos en blanco y negro en las que se la veía con un vestido de novia firmado por Vivienne Westwood, una elección no demasiado sorprendente teniendo en cuenta el estilo de la celebridad.
Pero los meses pasaron y a pesar de las alfombras rojas en las que posaban acaramelados, y los mensajes subidos de tono que Cyrus le dejaba a su marido en sus redes sociales, en agosto, anunciaron su ruptura. Solo habían pasado ocho meses desde que se habían dado el sí quiero, pero ambos habían mantenido una relación interrumpida desde hacía casi una década.
En cualquier caso, las noticias comenzaron a sucederse: primero, Cyrus posaba en un barco en el que estaba recuperándose de su ruptura junto a su amiga Kaitlynn Carter, que le ayudó a recomponerse durante unas semanas. Después fue el cantante australiano Cody Simpson el que recogió el testigo, y en la actualidad siguen juntos.
Por su parte, Hemsworth prefirió mantenerse en segundo plano -Cyrus usó sus redes sociales para desahogarse y publicó una canción en la que hablaba de las supuestas adicciones del actor- y dejó claro que “no había hecho ni haría ningún comentario [al respecto] a ningún periodista ni publicación”.
Y así ha sido: desde el pasado enero, además, el actor mantiene una relación con la modelo australiana Gabriella Brooks, que ya ha conocido a los padres de Hemsworth, Craig and Leonie. “Se siente más cómodo con Gabriella que con Miley y siente que puede ser él mismo sin que haya dramas”, le contó una fuente a la publicación estadounidense Us Weekly. “Gabriella ha ayudado a Liam a recobrar su confianza y ha jugado un papel fundamental en su vida después de la ruptura con Miley. Son muy felices juntos y todo es cómodo y fácil”, aseguró este testigo.
En cualquier caso, no ha sido solo la compañía de la modelo lo único que le ha ayudado a superar una ruptura así de traumática. Ahora, el actor, que se refugió en la naturaleza de Byron Bay durante los primeros días del temporal, ha confesado a la edición australiana de Men’s Health que el deporte ha sido crucial para él desde entonces. “Honestamente, los últimos seis meses, el ejercicio ha sido fundamental para mí, tanto para mantener la cabeza en su sitio como para encontrar el equilibrio”.
Así que, ya saben, si se encuentran en una situación similar, tomen nota. Y si no, también. A nadie le puede hacer daño un poco de movimiento. Ahora más que nunca.
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