Tras contar las supuestas infidelidades de Antonio David en el episodio 2 de ‘Rocío. Contar la verdad para seguir viva’, una Rocío Carrasco completamente rota desvelaba un suceso extremo. El episodio 3 ha arrancado con el momento cronológico que sigue al ataque de pánico que le entró a Rocío tras descubrir que el padre de sus hijos estaba con otra: «Me entró un ataque de pánico y no como mujer porque me estaba poniendo los cuernos, me entró como madre, porque estaba embarazada de él», asegura entre lágrimas. «En ese instante decido que me separo», desvela. En ‘Ese hombre’, Rocío ha contado que a partir de aquel momento la actitud de Antonio David era de «desprecio y humillación absoluta. Crueldad, esa palabra lo engloba perfectamente todo».
Uno de los episodios más duros que recuerda fue cuando le dio una lipotimia en sus vacaciones: «Me quedé inconsciente y a este ser lo único que se le pasa por la cabeza es echarme una botella de agua congelada por encima». Ahí comenzaron unos dolores de barriga que se fueron incrementando, según cuenta, tras varios encontronazos con Antonio David. «Un día, después de llamarle sinvergüenza, me agarró del camisón y me sacó medio cuerpo por la ventana, le dije ‘procura que cuando llegue abajo me haya matado’, entonces fue consciente de lo que estaba haciendo y volvió a meterme dentro». Una versión que él niega, asegurando que hay rejas en esa ventana, una teoría que Rocío desmonta enseñando las pruebas de cuándo se colocaron esas rejas, más tarde del suceso.
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