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No están siendo semanas fáciles para los supervivientes que ya están afrontando la recta final del ‘reality’ más extremo de la televisión. Tras más de ochenta duros días en Honduras, Olga Moreno sufría inevitablemente un gran bajón emocional y se rompía por completo delante de sus compañeros de Palafito: Gianmarco Onesti y Tom Brusse, que han sido su apoyo incondicional durante estos días de destierro. «Ayer fue un día raro», comenzaba la andaluza, «me acosté con una tristeza y me he levantado de bajón. Hablo y tengo un nudo en la garganta que hacen que se me salten las lágrimas», se desahogaba por completo la mujer de Antonio David Flores.
Pero este problema no ha quedado cerrado ahí, ya que la popular empresaria se volvía a derrumbar al pensar en sus seres queridos, y, en especial, en su pequeña Lola. «No tengo fuerzas, ya me siento débil. Psicológicamente estoy muy triste porque echo mucho de menos a mi familia». Un relato descorazonador que también afectaba a sus dos compañeros de aventura, que no dudaban en darle un fuerte y gran abrazo que, en ese momento, era la mejor medicina para consolarla.
Sin embargo, y tras recibir la visita sorpresa de su hermana Rosita, la andaluza ha tenido la oportunidad perfecta para tomar una dosis más que necesaria de vitaminas familiares y recargar las pilas para así afrontar con más fuerza la recta final de su excelente concurso.
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