La estrategia de los Mohedano y su entorno… ¿hacer estallar Rocío Carrasco?

El entorno de Rocío Carrasco lo lleva diciendo un par de semanas. La primera que lo advirtió fue Terelu Campos: su amiga está desbordada. Superada por la presión mediática que se está ejerciendo sobre ella desde que su ex, Antonio David Flores, regresara a la televisión, pero sobre todo, desde que su hija se sumara al ‘show bussines’, no puede más.

Y quizás sea eso a lo que está jugando la familia de su madre, los Mohedano, que desde hace un par de semanas llevan agitando un avispero al que le hace falta poco movimiento más para que todo salte por los aires. La cuestión es si Rocío va a ser capaz de seguir aguantando esas acometidas que no están haciendo sino hurgar en su pasado más doloroso.

Primero fue su tía Gloria quien, en ‘Sálvame’, le echó en cara el distanciamiento con sus hijos, centrándose en la gravedad que supone ignorar a tu descendencia. Unas declaraciones que trajeron cola y que provocaron que a Antonio David, sentado en el plató, se le deslizaran las lágrimas por las mejillas emocionado.

Después, Amador, también hermano de su madre, se encargaba este sábado de dar detalles en el ‘Deluxe’ de cómo fue la lectura del testamento. Un acto tenso ese en el que se desvelaba cómo quedaba repartida la herencia de la Jurado y en la que no faltó el desaire de Carrasco, que llamó «sinvergüenza» a su tía Gloria, siempre según la versión de Amador, que estaba dispuesto a sacar a la luz los pocos secretos que deben quedar ya en la saga.

Ahora se ha sumado a la fiesta Rosa Benito, exmujer de Amador y quien vivió muy de cerca los últimos días de La más grande. Fue ayer en ‘Ya es mediodía’ donde sostuvo que lo contado por su ex «me pareció superfuerte. Me removió muchísimo lo que contó Amador, como la estancia en Houston de Rocío». Una Rocío que, subrayó, se encargó de «dejarlo todo atado», pero que le confesó tumbada en esa cama del hospital que se arrepentía de no haber nombrado nada más que a un albacea de su testamento.

Está claro que el clima enrarecido juega a favor de obra para que Rocío, que sigue guardando silencio (a pesar de que alguna indirecta ha lanzado desde su puesto de trabajo en ‘Lazos de Sangre’, no solo a su hija, sino a todos esos familiares que siguen dosificando esa información), termine por explotar y contar una versión muy personal de los hechos que siempre ha querido que quedara para ella.

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