Esta dispuesto a que sea una vida nueva. Sin rastro de ese matrimonio dentro del que ha estado cuarto de siglo. Enrique Ponce tiene más que claro que lo suyo con Paloma Cuevas es una historia más que terminada. No lo decimos solo porque se haya lanzado a la aventura de ese romance con Ana Soria, sino por sus actos en las redes sociales.
El diestro tiene 48 años, pero está actuando en Instagram como si estuviera más cerca de esos 22 que marca el carné de su nueva conquista. La semana pasada, materializó un ‘unfollow’ a la mujer con la que se tendrá que poner de acuerdo para que el divorcio sea oficial. Sí, dejó de seguir a Paloma en esa red social, una estrategia muy ‘millennial’ cuando alguien se separa.
Muchos vieron en este gesto cortesía por parte del diestro: tras conocerse que Paloma había pasado un mal rato con esa imagen que el diestro colgaba días antes, en actitud cariñosa y cómplice, con la estudiante de Derecho, sería una manera de evitarle el sufrimiento. Sin embargo, podría haber algo más…
Solo así se explica que, en estos días, Ponce haya tomado otra drástica decisión en su perfil de Instagram: borrar todas las imágenes en las que aparecía Cuevas. Si bien es cierto que su cuenta es más bien de corte profesional que personal, alguna foto con amigos en alguna cena había. Había: en pasado. Ha decidido que lo mejor es que ella formé parte de su pasado, también en las redes sociales.
Prendado por los encantos de Soria, que por el momento no ha confirmado si estará o no con él acompañándole en los inminentes viajes de su nueva temporada taurina, Ponce solo quiere mirar hacia adelante. Y el futuro es Ana.
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