La hija mayor de los duques de York y Edoardo Mapelli se dieron ayer el ‘sí, quiero‘. En un enlace íntimo, alejado de los focos mediáticos y en absoluto secreto, la nieta de la reina Isabel II consolidó su compromiso con el empresario en un ceremonia celebrada en el castillo de Windsor.
Sin información pública del enlace, pero con la asistencia de la reina de Inglaterra al mismo, hasta el momento poco se conocía del acontecimiento. Ha sido durante la noche de ayer cuando la fotografía oficial de la boda se ha hecho pública a través del perfil oficial de Instagram de la familia real británica (@theroyalfamily).
En la imagen se ha desvelado uno de los misterios más comentados del enlace: el vestido de novia de la princesa Beatriz. Para esta ocasión tan especial ha deslumbrado con un diseño vintage de Normal Hartnell adaptado que perteneció a su abuela, a quién lo lució por primera vez durante su asistencia a una premiere en el año 1962.
También en abril de 1966, la reina Isabel II repitió modelo y apostó por el mismo vestido para lucirlo en el trono durante la apertura estatal del Parlamento.
El modelo se trata de un vestido de tafetán en tonos marfil, ajustado en corpiño hasta la zona de la cadera con apliques de pedrería que caen, también, a lo largo de la silueta fluida de la falda. Al diseño original, Beatrice le añadió unas mangas abullonadas de organza.
Para complementar su estilismo, la princesa de York apostó por la tiara Fringe, otra de las pertenencias más apreciadas por Isabel II, fabricada, al completo en diamantes. Esta pieza fue creada en 1830 y modificada para la reina María de Teck años más tarde. Se trata de una de las tiaras predilectas de la actual monarca británica, que apostó por ella en numerosas ocasiones, como en el día de su enlace con Felipe de Edimburgo. Además, esta misma tiara se la prestó la reina a su hija, la princesa Ana, para su enlace con Mark Phillips.
Más allá de este diseño escogido para el enlace, pocos son los detalles que se conocen por el momento, pero uno de los regalos de boda sí que ha sido presentado en redes sociales. Pocas horas más tarde de la celebración de la misma, los recién casados recibieron un impresionante ramo de flores de la florista Martyn Crossley, una de las personalidades que más contacto ha tenido con la familia real británica y que ya ha regalado en otras ocasiones más obsequios florales a sus miembros. Para la ocasión, la florista desveló en sus redes sociales haber creado un ramo específico y personalizado para la princesa Beatriz: «Flores de jardín muy inglesas en los colores favoritos de la princesa», escribió en un comentario de su perfil de Instagram.
La ceremonia ha sorprendido notablemente a los seguidores de la familia ya que en un principio estaba prevista para finales de mayo, pero se canceló en su momento a causa de la situación actual que el mundo transita debido a la Covid-19.
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