Si la pasada semana la Reina despidió su agenda semanal con el que consideramos su peor look del año, esta la ha inciado con un conjunto sofisticado, favorecedor e impecable en el que la clave es una prenda que parece nueva pero que, en realidad, esconde un brillante truco de estilo para reciclar vestuario sin que se note. Y es que, aunque muchos pensarán que su falda de pata de gallo es el segundo estreno en meses (después de esta camisa con lazo de Felipe Varela), en realidad la estrenó como parte de un ‘total look’ en el invierno de 2019. Y he ahí donde está la magia…
En esta ocasión, doña Letizia ha acudido a una reunión de trabajo en Madrid con el Real Patronato sobre Discapacidad,lo ha hecho con un sofisticado look ‘working girl’ que tiene todos los ingredientes para ser uno de nuestros favoritos de la temporada. La protagonista indiscutible del estilismo es la falda midi de silueta lápiz y estampado pata de gallo en blanco y negro de Hugo Boss, un modelo que estrenó como parte de un conjunto (entonces, incluso, parecía un vestido) y que, dos años después, recupera combinado de una forma tan diferente, que parece una prenda de estreno.
En lugar de apostar por el ‘total look’, en el que la falda va conjuntada con un cuerpo idéntico, doña Letizia ha querido introducir esta vez acertadas notas de color en el estilismo con un suéter de punto fino granate (también de Hugo Boss), sus salones de charol ‘ombré’ de Lodi y su bolso de mano de Reliquiae (que tiene igual en negro). Además, dos notas de tendencia: el cinturón de Burberry superpuesto, que marca la silueta y hace aún más favorecedora la falda; y un abrigo blanco roto por los hombros, un toque muy ‘influencer’ que nos encanta.
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