El enfado de Carlos de Inglaterra y el rencor del príncipe Harry hacen imposible que haya una reconciliación cercana

Puede que no fuera la ocasión perfecta para intentar arreglar las cosas. Pero sí una oportunidad perdida al no hacerlo. Hablamos del viaje del príncipe Harry a Inglaterra para asistir al funeral de su abuelo Felipe de Edimburgo. Un regreso que los miembros de la Familia Real deberían haber aprovechado para limar asperezas después de la polémica entrevista que los Sussex concedieron a Oprah Winfrey y que, según acaba de saberse, no pudo ser así.

Al menos no entre Harry y su padre, el príncipe Carlos, que al parecer sigue muy enfadado con su hijo por todo el daño que las declaraciones que hizo en televisión han provocado a la Corona.

“Por desgracia, Harry y Carlos no han podido resolver sus diferencias cuando estuvo en Inglaterra. Apenas se han dirigido la palabra. Definitivamente, sigue habiendo una enorme brecha entre los dos”, desvela en US Weekly una fuete cercana a la realeza.

Vamos, que lo de verles caminando juntos detrás del féretro del duque de Edimburgo no fue una reconciliación real, solo una puesta en escena marcada por el protocolo que no resultó nada cómoda para ninguno de los dos. “Carlos todavía está furioso porque Harry dijo cosas muy feas sobre él y sobre la Familia Real en la entrevista. No lo va a olvidar y a pasar página fácilmente”, continúa explicando esta fuente.

“Aunque siendo honestos, Harry tampoco volvió corriendo hacia Carlos para pedirle perdón. Sigue guardando rencor a su padre por el poco esfuerzo que mostró cuando él y Meghan le pidieron su apoyo cuando decidieron mudarse. De hecho, la razón por la que Harry regresó al Reino Unido fue para ver a la reina y para presentar sus respetos al príncipe Felipe. Eso es todo lo quería hacer”.

Con quien sí parece que las relaciones han mejorado es con su hermano, el príncipe Guillermo, y con Kate Middleton, a los que ayer mismo felicitaron los Sussex por privado con motivo de su décimo aniversario. Un pequeño paso hacia la reconciliación total que muchos esperan poder presenciar cuando el próximo 31 de julio Harry regrese a Londres para asistir a un acto en homenaje a Diana de Gales en el que habría sido su 60º cumpleaños.

Según está anunciado, ese día se inaugurará una estatua de Lady Di en los jardines de Kensington a la que en principio van a acudir juntos sus dos hijos. Al menos esa era la intención antes de que Harry fuera recibido con tanta frialdad en el funeral de su abuelo. Una reacción que ahora mismo le ha hecho replantearse si realmente merece la pena volver a Inglaterra. Esperemos que el tiempo cure las heridas abiertas. Todavía quedan tres meses para hacerlo.

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