No pudo más y explotó en directo. A Irene Rosales le pudo la presión el pasado domingo en el plató de ‘Viva la vida’. Lleva semanas en medio de una guerra familiar que no tiene cuartel, apoyando a su marido, Kiko Rivera, que lo está pasando francamente mal desde ese 2 de agosto en el que descubrió los objetos personales de su padre (que Isabel Pantoja siempre negó tener) en esa habitación secreta de Cantora que ella tiene cerrada a cal y canto.
Irene lo pasó mal recordando esa conversación que, en su día, tuvo con su suegra y en la que está le negó tener nada de Paquirri, más allá del traje de luces que este lució en aquella trágica tarde en la que perdió la vida sobre el ruedo. Porque la modelo le instó a que le diera algo a Kiko para que tuviera un recuerdo de su padre. La tonadillera, fiel a esa versión que siempre ha dado del robo en Cantora de las pertenencias del diestro, se escudó en ella.
«Él cuando ve eso, se queda en blanco cuando ha escuchado toda la vida que esas cosas se robaron», recordaba cómo fue aquel instante que lo cambió todo. Aquel en el que el DJ abrió los ojos y comenzó a recopilar información para iniciar la ofensiva contra su madre con todo atado. Irene, que no podía contener las lágrimas al tocar este tema tan íntimo, remataba: «Kiko ha contado su verdad y lo que vio. Sabe lo que tiene que hacer a partir de ahora».
Kiko ha contado su verdad y lo que vio»
Kiko no tardaba en llamar. Quería mostrarle su apoyo y agradecimiento a una Rosales que le está sirviendo de arropo principal. Una mujer que, como sabemos, ha sabido perdonarle infidelidades para darle una nueva oportunidad una vez inició un tratamiento para dejar atrás la mala vida. Ella, es quien ha dado paso a un nuevo Kiko que, ahora, se ve fuerte para hacer frente nada menos que a la Pantoja.
Irene está pagando el precio de ponerse delante de la cámara. Un gesto que, no olvidemos, también hizo por amor. Resguardada tras un perfil discreto, no le quedó más remedio que exponerse en ‘GH Dúo’ para ayudar a su marido a pagar las deudas que había contraído con Hacienda. Y lo cierto es que allí, por la naturalidad con la que se metió a la audiencia en el bolsillo, nació una estrella para la televisión y no tardó en ser fichada por ‘Viva la vida’.
Ahora, como le pasa a Anabel Pantoja en las tardes de ‘Sálvame’, está siendo consciente de lo complicado que es tener sobre la mesa de debate a tu familia. También que, para Kiko, no hay nadie (más allá de sus tres hijos), por encima de ella. Que está dispuesto a dar la cara por ella cada que la vez sufrir por el tsunami que es su vida en estos momentos.
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