La infancia de Drew Barrymore no fue tan feliz como la gran parte del público siempre ha imaginado. Con tan solo 8 años, la intérprete dio el salto a la fama en Hollywood por su adorado papel de Gertie en la película E.T, una época dorada a nivel profesional que terminó siendo una de las más complejas de puertas para dentro.
«Tenía problemas y demasiados recursos», ha manifestado la propia Barrymore, de 46 años de edad, sobre aquella etapa durante su intervención en el programa The Howard Stern Show de SiriusXM. «Iba a clubes y no a la escuela y robaba el coche de mi madre y estaba fuera de control», añadía.
La situación fue tan compleja -ella misma habla de consumo de alcohol y drogas durante aquellos años e incluso de un intento de suicidio– que su madre terminó por internarla con tan solo 13 años en el centro de salud mental Van Nuys Psychiatric durante 18 meses. «No podías perder el tiempo allí. Si lo hacías, te arrojaban a la habitación acolchada o te ponían en una camilla y te ataban», explicaba la actriz.
Los primeros meses fueron muy difíciles para una joven Drew que no entendía el motivo de su encierro. Sin embargo, el paso del tiempo le hizo entender muchas cosas. «Al final pensé que tal vez necesitaba algún tipo de estructura y disciplina porque todo era muy accesible, tan arruinado en mi mundo que tal vez era necesario un tratamiento de para poder reiniciar el resto de mi vida», confesaba.
Después de «30 años de terapia y mucho examen de conciencia», Drew Barrymore ha asegurado que ha llegado a entender a su madre y que por fin se la perdonado. «Creo que vivió con mucho dolor y yo tampoco le hablé durante mucho tiempo», concluía.
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