Había escrito mucho sobre ella y había visto infinidad de fotografías, porque rara es la semana que no llevamos algún tema sobre la Reina Letizia en la revista. Este pasado lunes tuve la oportunidad de conocerla en persona, de cerca, y conseguí lo que parecía imposible por protocolo y más en tiempos de COVID, que era charlar un rato con ella.
Me quedé fascinada con su belleza al natural, por fin podía ver de cerca su cutis perfecto, sus fibrosos brazos, su estilizada figura, su cabello brillante, sus ojos verdes preciosos que a veces quedan difuminados por los flashes. “¿Cómo se puede ser tan perfecta?”, me preguntaba al mismo tiempo que la escuchaba. Ni un rasguño, ni una peca, ni una rozadura por culpa del tacón… nada.
Hablamos de las vacaciones que, este año, por la pandemia, han quedado trastocadas para la mayoría de la población, incluida la Reina. Seguirán con su gira por España y recalarán como de costumbre en Palma de Mallorca aunque con una agenda distinta a la habitual. Están volcados con el pueblo, conociendo las necesidades y la situación a pie de campo. Tampoco la Princesa Leonor o la Infanta Sofía se han marchado de campamento fuera sino que les toca veraneo en Zarzuela. Hablamos de más cosas, pero quedan para nosotras.
Tiene una voz dulce, nada que ver con el tono que utiliza cuando da los discursos con una locución perfecta. Le gustan los Cavia porque un día fue periodista y eso no se olvida. Y estoy segura que le pasa como a mí, admira a Maruja Torres, una de las galardonadas de la noche. Autodidacta, mujer de una sencillez y cercanía poco habitual en plumas tan exquisitas. Por eso quisimos inmortalizar ese momento, el de varias periodistas juntas, unas veteranas y otras aún aprendices, pero todas admiradas por su labor institucional. Y gracias a Manuel Castillo, director del ‘Diario Sur’ que inmortalizó el momento.
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