Cuando el pasado verano se empezaron a escuchar las informaciones sobre una guerra entre Alejandro Sanz y Raquel Perera, nada hacía presagiar que terminarían firmando un punto y final de ese divorcio de manera amistosa. Con el cantante poniendo el dinero preciso y ella trasladándose desde Miami a Madrid para que sus hijos pudieran estar cerca del padre, como este pedía.
Ahí quedó establecido el régimen de la custodia de los menores y el reparto de los bienes inmuebles, pero hay algo que se escapa a la firma de los documentos oficiales y que suele traer cola en este tipo de circunstancias. Nos referimos a un ‘reparto’ metafórico de los amigos que pueda tener en común la pareja. Cómo se posicionan o si deciden optar por una postura más neutral.
En el caso de José María Vichavila, parece que no hay muchas dudas. Él ha sido el encargado de llevar el tema del divorcio para Raquel. Así que, se intuye, su corazón estaba más cercano al de la empresaria que al del cantante, sin que esto signifique tener ningún problema con el artista.
Se ha llegado a especular con la posibilidad de que David Bisbal, que eligió a Alejandro y Raquel como padrinos de su hija Ella (junto a Elena Tablada), hubiese roto la relación con su colega de profesión. Nada más lejos de la realidad. El almeriense aclaraba recientemente que, para él, Sanz es como un hermano, y que la amistad sigue con las dos partes de esta disolución matrimonial.
Iker Casillas y Sara Carbonero tampoco van a dejarles de lado, aunque, en su caso, el apoyo público lo han mostrado por sexos. El exportero se encargaba hace unos días de rescatar una imagen al lado del cantante y otro par de amigos. La periodista, ha manifestado su arropo a Perera en más de una ocasión en Instagram. Una manera de que ninguno de los dos pierda un apoyo fundamental como lo han sido en estos años.
«Les quiero mucho a los dos». También de este modo neutral explicaba Mariola Orellana, mujer de Antonio Carmona, que ella no iba a tomar parte en esta guerra. En este conflicto que solo les corresponde solucionar a ellos, sin que las personas de alrededor se vean forzadas a tener que elegir.
Este es el círculo de amigos más íntimos que, ahora, en Madrid, deberán hacer un esquema o unos turnos en su agenda para no dar de lado a ninguno… o decidir si hay una parte que se ha visto claramente perjudicada y a la que dar el espaldarazo de manera contundente.
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