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Estar con Blas Cantó es como encontrarse con un amigo al que hace tiempo que no ves. Amable, cercano, divertido y mucho más luminoso que tiempo atrás, cuando tuvo que enfrentarse a una depresión de la que ha podido salir gracias a su tesón, su fiel círculo de amigos y la música. El resultado es ‘El Príncipe’, un disco donde se muestra tal y como es, sin dobleces. «Estas canciones me han hecho entender que yo podía ser algo más, no sólo lo que el mundo esperaba que fuera», asegura. Este verano le tendremos de vuelta a los escenarios.
¿Cómo te planteaste este nuevo trabajo?
Quería que el álbum me ayudara a salir de la oscuridad, y he logrado desahogarme de una manera optimista. Ahora quiero color, quiero disfrutar de la vida, experimentar con la música…
Hablas de que has atravesado una crisis profunda. ¿Qué crees que lo provocó y qué ha sido tu tabla de salvación?
Empezó con la pérdida de mi abuela, que era una madre para mí. Sabía que algún día llegaría ese momento, pero fue un auténtico palo. La música, el paso del tiempo y la terapia han sido muy importantes para mí en este proceso. También mis ganas de cambiar el chip, afortunadamente ya puedo hablar de ello. Ahora me dicen que me ven más libre, yo creo que siempre lo he sido, pero es verdad que ahora estoy más relajado. Nada tiene tanta importancia.
¿Y ha notado ese cambio la gente de tu entorno?
Sí. Ellos han pasado dos años muy duros, no es fácil cargar con una persona deprimida, con pensamientos autolíticos… Ha sido difícil, se merecían un respiro.
¿Cómo ha sido el proceso de composición de este álbum en medio de tu crisis personal?
Cuando las fuerzas me lo permitieron, lo que quise es vivir. Yo no viví la adolescencia, siempre estaba de bolos, y por fin he podido escribir sobre estar en la noche y pasármelo bien, sobre la sexualidad, sobre estar ebrio… En fin, situaciones que me han permitido luego no fingir a la hora de escribir una canción. Estoy en una época rebelde, sé que quizás decepcionaré a mucha gente, pero me da igual. Ahora me estoy permitiendo equivocarme, ser asertivo. No quiero ser perfecto.
Supongo que ahora tendrás ganas de salir de gira. ¿Cómo la tienes planeada?
Hay una cosa que me emociona mucho y es que voy a estar rodeado de mujeres. No es una moda, es algo que tenía pendiente porque hay que visibilizarlo. Es una banda maravillosa y me siento muy cómodo. La mayoría de la gente de la discográfica son mujeres, ¿por qué tienen que estar siempre detrás? ¿Por qué no se puede ver eso en el escenario?
Durante tu depresión, ¿alguna vez pensaste en dejarlo?
Hubo un día que sí lo pensé, pero no por mi momento de oscuridad, sino porque fui consciente de que nunca había trabajado en otra cosa, empecé en esto con ocho años… Recuerdo que estaba en un balancín de casa con mi cuñada y Dangelo (prestigioso artista canario y pareja de Blas) y les dije que quería ser celador. Me puse a mirar hasta las oposiciones, pero se me pasó pronto (risas).
¿Cómo llevas la fama?
Con normalidad, es muy relativa, hay mucha gente que no sabe quién soy. La fama no te da prestigio ni dinero, y mal gestionada puede darte muchos problemas. Recuerdo que hace un tiempo fui a Las Vegas y me encontré en el Gran Cañón a una familia de mi pueblo (risas).
Hace unos días leí que le recomendabas a Blanca Paloma un buen psicólogo. ¿La presión eurovisiva es tan bestial?
Se lo recomiendo a ella y a cualquiera. Hay gente que lo ha interpretado regular, como si confirmara que mi experiencia eurovisiva hubiera sido un infierno. Yo simplemente dije que hay que estar preparado para una presión mediática tan fuerte.
¿Tú experiencia cómo fue?
Durísima porque se me juntó todo. La muerte de mi abuela, la de mi padre, el covid… No nos podíamos juntar con otras delegaciones, todos los días te hacían test, encerrados en el hotel para no enfermar. Emocionalmente fue difícil. Después de terapia, he podido cambiar esos sentimientos y entender que Eurovisión fue una experiencia única.
Además de cantar, ¿qué te gusta hacer?
Me gusta cocinar, conducir, estar con los amigos, viajar… Me gusta vivir y enterarme de lo que estoy viviendo. No me gusta demasiado beber y no me he drogado en la vida. ¡Ni un porro!
Por cierto, ¿cuál es tu plato estrella?
¡Las lentejas! En general, todo el cuchareo me encanta. Los arroces también me salen buenos. Lo que peor se me da es la tortilla, al final siempre me salen huevos revueltos, y eso que tengo sartenes que no se pegan.
Buceando en tus redes, se nota que la amistad es muy importante para ti y que le dedicas mucho tiempo.
Tengo la suerte de tener muchos y muy buenos amigos. La verdad es que me encanta que haya gente en nuestra casa. Siempre les digo ‘quedaos a comer’ y luego, ‘quedaos a dormir’. Creo que es porque yo me crié con mucha familia alrededor. A veces son ellos los que piden irse (risas). Una vez tuvimos a una pareja de amigos que se quedaron durante un mes. Yo creo que si el día de mañana tengo que vivir en una residencia, sería feliz haciendo amigos.
¿Cómo eres en el amor?
He aprendido mucho en los últimos años porque me he tenido que deconstruir, desterrar creencias y empezar de cero. Ahora me han enseñado que el amor es tranquilidad, paz. Dangelo me lo decía el otro día: ‘Esas mariposas en el estómago que se sienten al principio no es más que ansiedad’. Ahora puedes estar lejos físicamente, pero sentir cerca a tu pareja, sentir que todo está bien. Creo que no soy celoso, y en el día a día soy bastante detallista y cariñoso.
¿Crees en el amor para toda la vida?
Sí, no sé qué pasará mañana, pero no lo pienso mucho. Ya no necesito seguir buscando compañero de vida, me siento súper afortunado. Siempre hay que intentar mantener la llama encendida: compartir tiempo juntos, pero también es importante disfrutar de los momentos en que estamos separados.
¿Te gustaría tener descendencia?
No. A veces lo pienso, pero a los diez minutos se me pasa. Tampoco quiero hacer nada que esté lejos de mis principios, lo dejamos ahí.
Cita con Blas Cantó en… Barceló Imagine
La producción de Blas Cantó se realizó en el precioso Barceló Imagine, el primer hotel musical de Madrid, que sigue innovando en su propuesta de ocio. Por ejemplo, ahora sus huéspedes tienen acceso a una cuidada selección de los videojuegos más populares a través de su room service. Además, también ofrecen la posibilidad de jugar al “Just Dance 2023”, para divertirse a través del baile. barcelo.com
Su belleza, al descubierto
Soy coqueto… Aunque no siempre. Me gusta arreglarme cuando yo quiero verme bien, pero no para buscar la aprobación de nadie. Lo de ponerme cremas lo hago desde niño porque me lo inculcó mi madre. Y si no me echo, siento la piel acartonada.
Cuido mi alimentación… Sí, pero me dejo llevar porque me encanta guarrear. No abuso, pero tampoco soy modelo y puedo permitirme caprichos, ¿no?
Hago deporte… Lo que puedo. No voy al gimnasio. Cuando vivía en Vallecas me apunté y al año me llamaron para decirme, ‘oye, que estás pagando y no estás viniendo’. Ahora tengo un entrenador que viene a casa de vez en cuando. Dice que siempre hay tiempo, pero me cuesta encontrar el momento.
Lo que no falta en mi armario… La ropa que no uso. Necesito hacer una limpia. Ahora tengo que quitar los pitillos, que no se llevan.
Blas Cantó, sus productos de belleza favoritos
Blas Cantó con el equipo de Diez Minutos
Texto: María Larrocha. Fotografía: Fernando Roi. Ayudante de foto: Idoia Vitas. Estilista: Isabel Dorado. Peluquería y maquillaje: Pablo Cerdán. Agradecimientos: Hotel Barceló Imagine. C/ de Agustín de Foxá, 32 Teléfono: 91 732 70 19.
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