En 1961, la princesa Isabel de Yugoslavia, prima segunda del príncipe Carlos, quien fue forzada a dejar el país cuando tenía cuatro años, se casó con el empresario americano Howard Oxenberg. Tuvieron dos hijas, comenzando una nueva rama estadounidense de primos de la realeza británica. La pareja se divorció cinco años después y aunque Isabel se mudó a Reino Unido, sus hijas se hicieron nombre en América. Una de sus hijas, Catherine Oxenberg, se hizo famosa cuando salió en la telenovela de los ochenta Dinastía, mientras la otra, Christina se convirtió en socialite y escritora. En un nuevo ensayo para Tatler, Christina se basa en su experiencia relacionada con la realeza en Estados Unidos para predecir que el príncipe Harry y Meghan Markle tendrán aún más éxito ahora que se han mudado a California.
“Posiblemente los británicos esperan demasiado del fue fuera en su momento uno de los solteros más codiciados de Inglaterra y de su mujer actriz”, escribe, según el Daily Mail. “Para ser adorados en América, todo lo que Harry y Meghan necesitan es recoger a un perro de un refugio. Los americanos son fáciles de contentar. Lo que pone el grito en el cielo en Inglaterra es aplaudido en Estados Unidos”. Y añade que los estadounidenses son felices teniendo a su propia “princesa de la vida real” y que la prensa americana es bastante más “positiva que desagradable”.
Durante los últimos años, las hijas de la princesa Isabel han protagonizado noticias por su conexión con dos historias de perfil alto. Catherine es protagonista en The Vow, una docuserie nueva de HBO sobre la gente que derribó a la secta NXIVM, porque su hija mayor, India, estuvo incolucrada una vez en la ‘sororidad’ secreta de mujeres más cercanas al líder del grupo, Keith Rainiere. Isabel aparece en un episodio del show, mientras Catherine prepara su esfuerzo final por confrontar a su hija.
Christina ha hablado a la revista Town & Country sobre su primo el príncipe Andrés y con el Daily Mail sobre Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, en un artículo en el que el diario describía a la última como su conocida. Le contó al periódico que ella informó al FBI sobre una conversación que tuvo con Maxwell en 1997 . “Nunca lo olvidaré”, dijo. “Estábamos solas. Ella dijo muchas cosas. Todas siniestras. Nada convencionales. Raras. No podía creer que lo que estaba diciendo fuera real. Cosas como: ‘¡Jeffrey y yo tenemos a todo el mundo grabado en vídeo!”.
Artículo publicado originalmente en la versión estadounidense de Vanity Fair y traducido. Consulte el original aquí.
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