QUÉ HA PASADO
• Iván recibe la prueba que confirma que es padre.
• Daniela ayuda a detener a César y se va del barrio.
Vlado Khan es detenido al fin, para satisfacción de Miralles y Bremón, que empiezan a preparar el interrogatorio. Cuando por fin se encuentran cara a cara, el criminal no duda en retar a los policías.
“¿De verdad pensáis que os voy a contar algo? ¡Estáis soñando!”, dice entre risas, despertando la ira de la inspectora jefe que no olvida cómo ese hombre mató a Alicia. Quienes no tienen tan claro que el delincuente vaya a mantenerse callado son las hermanas Velasco. “Es capaz de delatarnos”, temen.
Mientras tanto, Hanna se recupera de sus lesiones en el hospital y hay alguien que no se separa de su lado, la oficial Lidia Alonso. “Yo te cuidaré si me dejas”, le propone con ternura la enamorada policía
En comisaría, las cosas están a punto de dar un giro importante. “Tengo a la persona perfecta para sustituirme, Miralles”, informa Bremón a sus superiores al saber que va a ser promocionado.
Las diferencias entre Paula y David van desapareciendo y su acercamiento es un hecho. “Siento no haber dado crédito a tu versión sobre Leyre Quiroga. Me confundí”, reconoce la agente ante el abogado. Más tarde, la chica se confiesa con Lara: “Me gusta”.
El traslado de Khan a los juzgados está casi listo y la comisaría vuelve a blindarse, igual que meses atrás. Sin embargo, los policías de Distrito Sur ignoran que Eva y su socio Quintero preparan un plan para acabar con el proxeneta.
“Necesitamos a Hanna y, además, contrataremos a unbuen francotirador. Por fin va a llegar nuestra venganza”, celebran. Pero no imaginan que la novia de Lidia está a punto de echarse para atrás cuando se entera de que la agente participará en el operativo.
Cerca de allí, Antonio informa a María de que sufre un esguince en la muñeca: “Harías bien en cogerte la baja para poder recuperarte”. La murciana se resiste: “No tengo a nadie que pueda quedarse en el bar”.
La salida de Vlado Khan de las dependencias policiales se complica. Un inesperado disparo alcanza a Néstor, que acaba inconsciente en el suelo.
Mientras el agente es trasladado de urgencia al hospital, todos se preguntan quién está detrás de lo ocurrido, menos Miralles. “Has sido tú, Quintero. No tengo dudas”, recrimina a su consuegro.
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