‘Masterchef 9’: Conoce a los 15 concursantes de la nueva edición

La novena edición de Masterchef ya ha arrancado y al fin ponemos cara a los aspirantes a chef que protagonizarán los cocinados semanales del talent de TVE. El martes 13 se estrenó el primer programa de la nueva edición en el que un total de 50 candidatos, seleccionados entre los más de 70.000 inscritos al casting, se pusieron el delantal y entraron en las cocinas para intentar convertirse en concursantes de pleno derecho de la nueva edición de MasterChef.

El estreno fue seguido por casi 1,6 millones de espectadores (1.574.000) y un 15% de cuota de pantalla en La 1, y acabó con la expulsión de Jesús, que deberá esperar a la repesca para recuperar sus opciones. Te presentamos a todos los contendientes, de todas las edades y nacionalidades pero con una pasión común: cocinar. No te pierdas sus historias personales y las motivaciones que les han llevado a Masterchef 9. ¿Quién de ellos sucederá a Ana Iglesias, ganadora de la anterior edición?

Gaditana de 35 años, de profesión guardia civil. Nacida en Cádiz, encontró el verdadero amor en Sevilla. Se casaron y él lo dejó todo por ella cuando fue destinada a Teruel. Dejaron atrás el sur, sus vidas, sus costumbres y sus familias. Además, se enfrentaron a un cambio de clima. Sin embargo, en estos 10 años, allí han logrado crear su propia familia. Es madre de tres hijos. Le gusta hacerlo todo sin ayuda, se considera una persona muy autoritaria, incluso su madre dice que en su propia casa ha adoptado el cargo de Teniente General. Se animó a apuntarse a MasterChef para romper con la idea de que, por ser guardia civil, no puede hacer nada más en la vida y desconectar así de la rutina.

El trabajo y los niños ocupan el 100% de su vida y se siente mayor por el agotamiento que supone su día a día. Le apasiona el mundo de la gastronomía y desde que se independizó nunca ha dejado de cocinar. Antes de ser guardia civil llegó a apuntarte a un módulo de cocina para mejorar sus conocimientos, pero nunca se atrevió a dar el gran salto y profesionalizarse en este mundillo.

28 años, Barcelona, Gestor deportivo.

De padre palestino y madre española, a los 14 años se puso a fregar en el restaurante familiar y aprendió a valorar las pequeñas cosas de la vida. Reconoce que todo se le ha presentado relativamente fácil y se siente un privilegiado. Su familia posee el restaurante más antiguo de Barcelona de cocina libanesa. Su padre llegó a España para estudiar Medicina, lo dejó a los dos años y, como le encantaba cocinar para los amigos, terminó abriendo su propio restaurante en 1983. Álex quiere seguir sus pasos. Solo hablar de todo lo que su padre representa para él le pone muy sentimental, ya que se lo ha dado todo en esta vida. Es el espejo en que mirarse. Estudió Administración de empresas y actualmente se dedica al mundo del fútbol. Fue jugador de fútbol sala, se lesionó el tobillo, lo dejó y comenzó a formarse para ser entrenador. A partir de ahí, ha estado abriendo mercado en el mundo árabe, llegando a trasladarse incluso a Omán, donde vivió unos años increíbles. Se considera una persona muy competitiva y en MasterChef piensa ir a por todas.

43 años, Madrid, Directora de Marketing y Publicidad .

Supersociable y con un grupo enorme de amigos muy diversos. Vive sola desde los 21 años y la cocina le apasiona desde siempre. Le encanta tener invitados y todas las semanas prepara tuppers con platos deliciosos, que envía por mensajería, para repartir entre todos sus seres queridos. Llegó a Masterchef porque su jefe le apuntó por sorpresa. Siempre tiene una enorme sonrisa ante todo y consigue lo que se propone. Es terca, algo desconfiada y perfeccionista. Además, tiene una gran capacidad para intimidar a los demás si se lo propone. Tiene una energía imparable y nunca se le borra la sonrisa de la cara.

Reconoce que ahora se cuida mucho más por salud, pero que no tiene intención alguna de convertirse en una skinny legend. Tiende a llamar a todo el mundo ‘chubby’ de forma cariñosa y se considera una persona superindependiente. No quiere cerrarse a nada en la vida, por esta razón le da tanto miedo comprometerse en el amor. Prefiere repartir su cariño entre todo el mundo.

32 años, Barcelona, de profesión comercial.

Es una persona muy social y disfruta con estar rodeado de la gente a la que quiere y cuidar de ellos. Es un vendedor nato, empezó trabajando como ayudante de fontanero, luego tocó el sector financiero y siempre ha agradecido todos los cambios laborales que se le han presentado en la vida, porque gracias a ellos ha podido crecer y evolucionar. Dice que hay que experimentar, disfrutar de todo lo que te encuentres en el camino y, lo más importante, pasártelo bien con todo lo que hagas. Vive en pareja y para él es superimportante pasar tiempo de calidad con todos aquellos que verdaderamente le importan.

Se enteró de que le había apuntado un amigo a Masterchef por un mensaje de WhatsApp y, cuando le llegó el email de confirmación, alucinó. Ahora dice que se lo agradece de todo corazón. Arnau piensa que en la vida hay cosas que hasta que no te lanzas no sabes lo que hay detrás y que hay que dar siempre pequeños pasos para crecer y alcanzar nuevas metas.

23 años, Barcelona, estudiante de Farmacia y Nutrición.

Deportista, sociable, alegre y llena de energía. Es una entusiasta de la cocina saludable. Las recetas verdes, sin gluten y sin azúcares son las grandes protagonistas de una pasión que comenzó a raíz de la cuarentena, cuando cocinar a diario se convirtió en uno de sus imprescindibles para superar esa difícil etapa. Sus amigas son un pilar muy fuerte para ella, las mismas que le han colocado el título de «Miss showera» por lo exagerada que es con todo. Según la propia Amelia, siempre triplica el efecto de las cosas y hasta tiene un grupo de WhatsApp bajo el nombre de ‘Showtime’ en el que cuenta sus historias más rocambolescas.

Tras una relación turbulenta con su pareja de toda la vida, con quien se planteó hasta casarse, acabó apostando por ella misma, hacer frente y convertirse en la chica fuerte e independiente que es en la actualidad. Entra en MasterChef para enfrentarse a nuevos retos y vivir experiencias únicas con las que desarrollar esa nueva faceta culinaria que antes desconocía.

41 años, Bilbao, empresario hostelero.

Desde que se puso a trabajar a los 18 años, ha hecho de todo: ha sido soldador, entró en el Ejército donde estuvo dos años «a lo Rambo»… Incluso se montó su propia tasca y, como siempre había querido ir a la Universidad, se matriculó en Estadística en la Complutense de Madrid, para terminar trabajando en un banco. Ahora, tiene su propio bar en Getxo del que habla con orgullo y asegura que todo el mundo de la zona lo conoce. Su etapa universitaria la recuerda con mucho cariño, porque sus compañeros le veían como el sugar daddy de la clase.

Es descarado, sincero y no se corta con nada. Tiene un hijo y, tras tantos cambios, en los últimos años ha podido frenar un poco el ritmo para estar más cerca de él y disfrutar de la paternidad como nunca. Viene a Masterchef a cocinar, que es lo que verdaderamente le importa. Se considera una persona completamente transparente. Dice que, en un talent como este, te puedes encontrar con gente muy falsa y pelota con la que no se siente identificado.

29 años, Santiago de Compostela, emprendedora.

Se define a sí misma como ‘supergallega’. Es una enamorada de los caballos y ha competido en equitación durante años, participando en infinidad de concursos. Su mayor referente en la vida es su abuela, que se llamaba Ofelia, como ella, y era el eje central de toda la familia. Dice que le enseñó que «la clave de un buen matrimonio es un buen servicio» y que «engordar es una ordinariez».

Le apasiona vender, es capaz de venderte hasta un paraguas en pleno desierto. De pequeña era un auténtico terremoto, pasó por ocho colegios diferentes y hasta tenía dos personas a su cargo para poder controlarla. La vida de Ofelia ha sido una auténtica telenovela. Es la única religiosa de su familia, está muy orgullosa de ello, y le encantaría tener una familia enorme en el futuro y una vida conservadora. Le atraen los hombres clásicos, pero no ha tenido mucha suerte hasta ahora en este terreno. En palabras de la propia Ofelia: «Yo soy al amor como Paquirrín a la música, un cero a la izquierda».

29 años, Cuenca, camarero.

Se considera un magnate de las ofertas y los catálogos de los supermercados. Se encarga de hacer la compra y es muy bueno administrándose con el dinero. Es camarero, está casado y tiene un hijo de 20 meses y «una princesita» que viene de camino. Nunca tiene tiempo libre, porque el trabajo ocupa un hueco muy grande en su vida y, además, le gusta cuidar de su familia entregándose a ellos al 100%. Gracias a su mujer entró en Masterchef, porque fue ella la encargada de apuntarle al casting.

«El tema del móvil y la tecnología lo entiende lo justito», asegura. Cocina mucho, en su casa es el encargado de poner los fogones en marcha y alimentar a toda la familia. Es un auténtico fan de todo lo que rodea al talent y tiene en casa todos los productos del programa (desde la fregona hasta los vinos). Apasionado del Atleti, porque dice que le gusta «vivir al límite y estar al borde de la taquicardia de vez en cuando». Su juez favorito es Pepe Rodríguez por su naturalidad y le ve como un claro ejemplo a seguir. Uno de sus lemas es que hay que disfrutar la vida de la mejor manera posible y en la medida que se pueda.

35 años, China,responsable de desarrollo de negocio.

Lleva doce años en España, es hija única y cuando llegó por primera vez a nuestro país solo hablaba inglés. Es independiente, divertida y carismática. Trabaja en España liderando el desarrollo de negocios con China de una famosa marca de artículos de lujo. Le encantan las cosas brillantes, está acostumbrada a estar rodeada de alta joyería y piezas únicas. Sin embargo, en el amor no ha sido la más afortunada, dice que todos sus sentimientos desaparecieron y hasta le devolvió el anillo de compromiso a su prometido al año de la relación, porque «no sabía que se lo podía quedar».

Asegura que es el momento perfecto para entrar en Masterchef, organizarse y mejorar muchas cosas que no terminan de encajar en su vida. Ya que a sus 36 años no se ve como el resto de sus amigas, aún no está preparada para ser madre, le gusta vivir en libertad y siente que le queda mucho por descubrir.

69 años, Burgos abogado.

Completamente libre, independiente y sin ganas de comprometerse con nadie. Se ha dedicado a la abogacía durante 45 años y ahora vive -durante seis meses al año- en su propio barco en Ibiza. Se ha llegado a ver completamente superado en el pasado, pero por fin siente que ha logrado rehacer su vida. Tiene dos hijos: un abogado de unos 40 años y otro de 38 años que se dedica a la ingeniería. Se quedó viudo hace tres años y, tras una etapa realmente difícil, ahora quiere disfrutar al 100% del presente y conectar con su lado más juvenil.

Hace unos diez años, montó un despacho de abogados en Ibiza para disfrutar aún más de su querida isla, pero tristemente terminó cerrándolo. De ahí que el barco sea ahora su refugio, su hogar. Cree que su presente está tomando el rumbo que se merece y está preparado para superar nuevos retos. Le gusta la cocina, pero no ve mucho la televisión. Sin embargo, le encanta Masterchef porque es un programa «cachondo, entretenido y muy divertido».

18 años, Badajoz, estudiante.

Aprendió a ser independiente y a cocinar a marchas forzadas. Se ha criado con su abuela y todo lo que sabe sobre cocina es gracias a buscarse la vida en su día a día, remangarse y ayudar. Ha recibido muchos palos que le han endurecido y ha tenido una vida familiar muy difícil. «A mí siempre me han dicho que con la vida que he tenido es increíble la madurez con la que afronto las cosas y la felicidad con la que las asumo», reconoce.

No puede estar tranquilo ni un solo segundo, es muy nervioso, social y le encanta relacionarse con gente nueva. Está abierto a todo tipo de aventuras y su cabeza es un auténtico cajón de sastre. Aunque tiene sus propias inseguridades, dice que la vergüenza no vale para nada en esta vida. Le apasiona el mundo de la televisión, es un gran fan de Masterchef y afirma que estar dentro del talent significa mucho para él. Se ilusiona con tremenda facilidad y le han roto el corazón más de una vez. Lo bueno es que ya ha aprendido a que «si te caes, tienes que levantarte». Cree que este programa le puede cambiar la vida por completo.

27 años, Ciudad Real, coordinadora de eventos.

Extrovertida y con un carácter fuerte. Es una auténtica enamorada de su tierra y en su pueblo, la tierra de Don Quijote, tiene todo lo que necesita para ser feliz. Le encanta vivir rodeada de calma y tranquilidad. Estudió Turismo, trabajó cuatro años en un hotel haciendo de todo un poco y, después de sacarse el máster, descubrió que no era lo que quería en la vida. Es familiar y siempre que tiene tiempo libre lo aprovecha para disfrutar de los pequeños momentos con su gente. Es muy impulsiva, aunque también recula con facilidad cuando se equivoca.

Se enamoró de su novio en la feria de su pueblo y, tras superar una etapa de turbulencias, ahora él está reconquistándole y ella haciéndose la dura. Uno de sus principales objetivos en la vida es crear su propia empresa de catering y eventos. Necesitaba un nuevo empujón en su vida y siente que es el momento para entregarse a las cocinas y perfeccionar sus conocimientos. Le encanta aprender y llega con muchísima ilusión para dar el salto definitivo que le lleve a construir ese nuevo futuro.

24 años, Barcelona, Fisio y estudiante de Medicina.

Siempre le han enseñado a ser muy trabajadora y tener una meta en la vida. Emocional, luchadora y empoderada. Siempre ha querido seguir los pasos de sus padres, a los que considera sus referentes. Su padre comenzó como jugador de hockey y, tras quedarse a las puertas de ser olímpico, actualmente trabaja como médico en el Barcelona FC. Su madre, por otro lado, se encuentra en pleno proceso creativo de un libro que narra la situación de la mujer dentro del deporte. A Meri no le gusta nada hacer lo que hacen los demás. Siempre intenta destacar cueste lo que cueste.

Le apasiona la cocina y quiere compaginarla con sus estudios actuales. Además, asegura que ella hace lo que le da la gana, pese a las presiones externas. Se ve reflejada en Jordi Cruz por todo lo que ha crecido como persona y cómo ha sido capaz de confiar en él mismo desde el principio. Pero, al jurado que más admira es a Samantha Vallejo-Nágera por su fuerza y energía positiva. «Mujeres al poder» es su lema en la vida.

37 años, Madrid, músico.

La cocina le chifla, dice que es una persona que sabe escuchar a los demás y abrirse a todo tipo de conocimientos sin problemas. Se ha dedicado a vender casas de lujo tras realizar la carrera de Marketing y gestión comercial. Ha tenido siempre un espíritu rebelde y hasta le llegaron a expulsar de tres colegios distintos. Le encanta hacer acentos, una de sus pasiones es la música, no se separa de su guitarra y también le interesa el mundo de la interpretación. Sin embargo, cuando descubrió en qué consiste la formación para ser actor, el método, se dio cuenta de que eso no era para él.

Vivió en Sudáfrica, una etapa que recuerda como una experiencia interesante pero que, a su vez, le duró poco. Finalmente, terminó volviendo a Madrid para luchar por su verdadero sueño: un grupo de música que tenía en ese momento bajo el nombre de Ecuación Planck, un proyecto con el que se implicó por completo y que en ese momento pensaba que podría llegar a despegar. No se arrepiente de nada de lo que ha hecho en la vida y cree que puede aprender mucho del jurado de Masterchef.

34 años, Mallorca, emprendedor.

Impulsivo, trabajador y luchador. Tiene un negocio de gastronomía local en el que hace tours de corta duración para turistas. Asegura que, si pudiera volver atrás en el tiempo y tener 17 años, sería cocinero profesional. Una de sus mayores pasiones es el póker. Se considera jugador profesional, y bastante bueno, tras haber estado muchos años formándose con un coach. Con 20 años se mudó a Madrid para trabajar vendiendo pisos. Al principio todo era un sueño, hasta que llegó la crisis y volvió a Mallorca. Al no encontrar su hueco, terminó mudándose a Nueva York y allí estuvo casi ocho años trabajando en jugueterías para niños haciendo, entre otras cosas, shows de magia. A su vuelta se perdió en el mundo de la noche y vivió una de las peores etapas de su vida. Por eso, ahora colabora con Proyecto Hombre para ayudar a todos aquellos que lo necesiten. La cocina fue su salvación y su vía de escape. En todos estos años le ha ayudado muchísimo a lograr olvidarse de todo, su pasión por los fogones le ha abierto las puertas a un nuevo mundo.

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