Julia llegó a la vida de Laura Ledesma cuando se planteaba dejar la profesión. Entusiasmada con su primer papel protagonista, una joven que tras huir el mismo día de su boda halla refugio en un pueblo, asegura que apenas tiene rasgos en común con ella por lo que espera que el público valore el esfuerzo.
¿Cómo te sientes al frente de una telenovela?
Feliz. Aunque he hecho algunas cosas en cine y televisión, ahora estoy alucinada.
¿Qué te parece el rodaje?
La serie está planteada como una de prime time. Dedicamos mucho tiempo y preparación para cada secuencia.
¿Cómo conseguiste el papel?
Fue especial y lo viví con muchos nervios. Las directoras de casting me habían propuesto para otros proyectos que nunca salían, pero tras un mes de pruebas lo conseguí.
¿Te pareces a ella?
En la torpeza, pero por lo demás somos muy distintas. Ha tenido una vida privilegiada que yo no he experimentado, sino al contrario.
¿Veremos a Julia y a su abuela Carmen juntas?
Podría ser… (risas)
¿Habías trabajado antes con alguno de tus compañeros?
No. A Amparo, Carmen en la ficción, la conocí porque me colé en uno de sus ensayos. Tuvimos una química instantánea.
Las dos sois mujeres fuertes y seguras.
Creo que Dos vidas es una serie muy feminista con personajes que no se dejan llevar por la época en la que viven.
¿Sientes presión por tener un papel principal?
Un poco, pero a la vez es una alegría estar en un proyecto que apuesta por caras nuevas. Es difícil trabajar en esto.
¿Llegaste a pensar en dejarlo?
Sí, llevo doce años en la profesión. He trabajado en cosas que no tenían nada que ver para poder seguir. De ahí viene el impulso de producir proyectos propios y crear junto a unos amigos una productora independiente.
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