Unax Ugalde y Olivia Molina fueron valientes al subirse a primera serie distópica española, con dictadura seminazi y virus mortal incluidos. Y la audiencia, casi millón y medio de espectadores, 11,7 de share, les ha premiado por ello. Unax (Hugo)recuerda el rodaje de La valla “muy complicado, con varios capítulos abiertos a la vez; mucho frío y calor,jornadas nocturnas… En seis meses libramos tres días”.
Y no era para menos. En Navalcarnero, Madrid, tenían el plató con los decorados interiores; los exteriores del barrio, en Legazpi, y la valla, que les separaba del sector 1, de la élite para la que trabajaban y a la que combatían, ¡en Segovia!
En el patio de La Choricera, una fábrica de embutidos, a las afueras de la ciudad, cerrada desde hace una década, con edificios protegidos por su valor arquitectónico, se hizo un muro falso. Su franja superior en verde croma permitía agigantar la altura de la valla, luego, en postproducción.
Crear la España de 2045
La obsesión de los actores era resultar creíbles, subyugados en esa España de 2045. “Imaginar lo que había en el guion, como pantallas gigantes en edificios que emiten mensajes del Gobierno, drones que te siguen… te pone muy creativo. Hubo un gran ejercicio de imaginación”, dice Olivia Molina.
Hijos de los hombres (2006), de Alfonso Cuarón, sobre un Londres distópico en 2017, sirvió de referencia para recrear este Madrid, post Tercera Guerra Mundial. Los responsables de producción, Pilar Revuelta (Un monstruo viene a verme); fotografía, Néstor Calvo (Estoy vivo), y efectos especiales, Manu Herrera (Vis a vis), lo hicieron posible. “Cuando llegábamos a grabar nos encontrábamos unos decorados de 2045 maravillosos, y el vestuario de Sonia Grande [Mientras dure la guerra], y resultaba fácil meterse en la piel del personaje”, añade Unax.
Pero no es sencillo rodar con niños. “Hemos flipado con Laura Quirós”, dice ‘su tía’ Olivia. “Nos lo puso fácil desde el principio, capaz de diferenciar muy bien lo real del mundo ‘La valla’”, añade ‘su padre’, Unax.
La niña Marta sirvió como cobaya para una vacuna en el siniestro CIM, Centro de Investigaciones Médicas. ¿Qué era en realidad? Un edificio en desuso de Radio Nacional de España en Arganda del Rey, Madrid. Luego acogió la nueva sede de El Ministerio del Tiempo, que vimos antes en La 1 pero que se rodó después de esta.
“Hubo figuración especializada. Contratamos un servicio militar privado para algunas secuencias de acción. Ese es nuestro nivel de exigencia”, concluye Daniel Écija, creador y productor ejecutivo.
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