QUÉ HA PASADO
• Enver descubre que Sirin ha fingido su asalto.
• Muere la madre de Arif.
• Sarp ha comenzado otra vida bajo el nombre de Alp.
Bahar habla con Hatice y Enver: “Existe la posibilidad de que me muera. En ese caso, quiero que os hagáis cargo de los niños”. No imagina que Nisan está detrás de la puerta. “Eres una mentirosa. ¡Te odio!”, grita muy enfadada a su madre. Cuando ya está más calmada, revela que fue Sirin quien la animó a escuchar la conversación.
A causa de esto, la mujer decide irse de casa: “Aquí ya nos han hecho sufrir demasiado”. Hatice pide a Enver que lo impida, pero no solo no lo hace sino que toma una inesperada decisión: “Yo les cuidaré porque me voy con ellos”. Esa misma noche, llegan al barrio y Arif los recibe con alegría. Alp va a buscar a Yulide, su madre, pero no la encuentra. A su regreso, tiene una fuerte discusión con Piril pues la responsabiliza de lo ocurrido. “Tú siempre sabes todo. Te digo que voy a ir a verla y desaparece misteriosamente…”.
Con el pasar de los días, Hatice no se acostumbra a la ausencia de su familia y discute con Sirin. “He aguantado todas tus tonterías, yo tengo la culpa. ¿Qué te ha hecho Bahar? Enfádate conmigo, a ella déjala en paz. Fui yo la que la abandoné, la que no te contó que tenías una hermana”, afirma. Y añade: “Voy a arreglarlo. Hija, nietos y marido volverán pronto y tú serás buena con ellos”.
Las mentiras de Sirin quedan al descubierto
Piril va a reclamar a Suat por el traslado de Yulide. “Vio a Bahar por la calle y los niños iban con ella. Corremos peligro”, se justifica el hombre. Yeliz y Ceyda ofrecen su ayuda a Bahar para decorar de nuevo el piso. “Solo os tengo a vosotras. Llevaros bien”, pide la mujer al verlas pelear. Sirin, por su parte, va a su primera sesión con el psicólogo y recuerda cómo comenzó a seguir a Bahar: “Quería ser mejor que ella para que así mi madre no me abandonara”.
Además, admite que se enamoró perdidamente de Sarp. Musa y Jale tienen una disputa cuando él insinúa que las mujeres son cotillas y criticonas. “Quiero el divorcio. Estoy aburrida. Eres un gran hombre y un gran padre, pero nada de lo que hago contigo me hace feliz”, zanja ella. Sorprendentemente, él acepta a cambio de una petición: “Tú se lo explicarás a nuestras madres”.
Dejando de lado su orgullo, Hatice acude a visitar a Bahar. “Quiero que volváis”, asegura. Sin embargo, cambia de actitud cuando ve a Enver salir de la casa de Ceyda. “Ya no eres el hombre respetable con el que me casé”, le recrimina. A la mañana siguiente, él va a por sus cosas al taller y se encuentra con la cerradura cambiada.
Para ese entonces, Hatice está reunida con Sezai, el psicólogo que trata a Sirin: “Tiene tendencias suicidas. Debe estar en un ambiente sosegado y tener mucha atención, comprensión y amor”. Lo que no imagina es que ese hombre en realidad es un farsante que ha contratado la propia Sirin. No contenta con esto, la joven saca el dinero de la pensión de Enver con la excusa de que necesita pagar sus clases.
Lejos de allí, Alp visita el cementerio donde cree que está enterrada su familia: Bahar, Nisan y Doruk. Hatice se ve con Jale y, por casualidad, hablan de Sezai. La señora se extraña cuando se lo describe como un hombre rubio y decide ir a su consulta para confirmar si Sirin ha vuelto a mentirle. “Voy a matarte. ¿Cuántas mentiras más vas a contarme? Esto se ha acabado. ¡Nada es suficiente para ti!”, grita furiosa a su hija mientras la coge del pelo. Por si fuera poco, le da un cuchillo: “Y esta vez si quieres matarte, hazlo. No vaciles más”.
Jale está muy preocupada por el estado de salud de Bahar y se afana en encontrar un donante de médula. “Hatice no es compatible. Debemos conseguir que Sirin se haga las pruebas”, comenta a Musa. La convivencia entre Hatice y Sirin es cada vez más difícil pues casi no se dirigen la palabra. Sin avisar, la señora llega de visita al barrio y mientras los niños se ponen felices, Enver y Bahar son distantes. “Sé que hice las cosas mal y voy a arreglarlas. Volved a casa”, suplica, pero es en vano.
Más tarde, Bahar acepta la invitación de Arif para pasar junto a Nisan y Doruk un día en el campo. Enver, Yeliz y Ceyda los acompañan para evitar que se desaten habladurías. Allí, esta última recibe una llamada que la llena de alegría. “Va a venir mi hijo. Mi madre se ha puesto mala y se quedará un mes conmigo”, anuncia a sus amigos.
Ya en casa, tira lo relacionado con su antigua vida y decora todo con juguetes. Sin embargo, en el último momento su madre cambia de parecer y no le envía a Arda. “Va a quedárselo mi hermana. Dicen que soy una golfa y que no quieren que el niño sepa de mí”, llora desconsolada ante Bahar.
Piril no consigue encontrar paz y le pide a Suat saber el paradero de Yulide: “Si ella habla estaremos perdidos”. Lo que no espera es que justo en ese momento la mujer se aparezca delante de ella.
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