QUÉ HA PASADO
• Ramón es asesinado.
• Adelita intenta suicidarse.
• Ángel encuentra las grabaciones que tiene Débora en su contra.
Antes de irse con Débora, Vicky entrega a Soledad unas llaves para que se suelte de las cadenas que la amarran, pero antes de que pueda hacerlo aparece Félix. Para ese entonces, las Noriega llegan a la estación de autobuses. “Debes cruzar la frontera. Yo me encontraré contigo cuando termine algunos trabajos”, dice Débora. Diana sigue haciéndose la víctima delante de Andrés y acusa a Ángel de acosarla.
Ya de regreso, Noriega se da cuenta de que la casa de Lola está vigilada por la policía y no será fácil poder entrar. Por eso, la telefonea: “Voy a matar a Andrés. Estoy esperándote en mi oficina”. Muy alterada, ella trata de advertirle pero él está molesto por su cercanía con Ángel y decide no contestarle el móvil.
Así, el hombre llega a Exportex y se encuentra a Débora. Cuando le apunta con un arma, aparece Lola. “Voy a acabar con vosotros por toda la infelicidad que me habéis causado”, los amenaza. Acto seguido, repite cosas sin sentido y está a punto de decir quién tiene a Soledad. “El infeliz que mató a mi padre y que…”, pero antes de que pueda terminar recibe un tiro de Diana.
De inmediato, es trasladada al hospital. “Ha perdido demasiada sangre. Es probable que no sobreviva”, informa el médico tras operarla. Vicky engaña a uno de los pasajeros y consigue que la invite a desayunar. Allí, oye la noticia de Débora y decide robarle más dinero para coger un autobús de regreso. Ya en Los Ángeles, se cuela en el hospital disfrazada de enfermera y consigue ver a Débora, pero esta no puede hablar.
A la salida, tiene la mala suerte de que Ángel la vea y la retiene de nuevo contra su voluntad. Una vez en la casa, ordena a Félix que la mate y Soledad sale en su defensa. Lola continúa con la desconfianza hacia Diana y la enfrenta: “Sé que no llegaste a Exportex por casualidad y voy a desenmascararte”.
El pérfido Meléndez se cuela en la habitación de Débora dispuesto a acabar con ella, pero cuando está punto deretirarle el oxígeno, aparece Rodrigo. “¿Qué haces aquí? Fuera. Ella tiene prohibido recibir visitas”, le dice.
Más tarde, el policía intenta que Débora le confiese dónde tienen a Soledad pero le da una crisis. Por suerte, los médicos logran estabilizarla y le pide a Yolanda por señas que busque a Andrés. “Te quiero pedir perdón”, son las últimas palabras que escucha este antes de que ella muera. Decepcionado, el joven Santacruz comunica la noticia a Rodrigo y a Lola, que se lamentan de no haber conseguido ninguna pista para dar con el paradero de Soledad.
Daniel visita a Adelita, pero ella se muestra distante. “He cambiado. Amo a tu hija y voy a luchar por recuperarla”, asegura el joven a Pepe. La desconfianza de Lola hacia Diana aumenta y tiene una fuerte discusión con Andrés pues este se niega a despedirla. De hecho, acude a su apartamento y la asesora legal no pierde la oportunidad de seducirlo. En un principio, la rechaza, pero acaba correspondiendo a sus besos. Ángel no tarda en descubrir lo sucedido y alerta a Lola. “Era justo lo que necesitaba para acabar con este amor. No vuelvas a buscarme”, dice esta a Andrés al verlo salir junto a Diana de su apartamento.
La custodia de Isabelita está en juego
Pasan los días y Lola está decidida a comenzar una nueva vida. “Voy a darme la oportunidad de amar a otra persona”, comenta a Adelita. Así, busca a Ángel y ve que Andrés le ha propinado una paliza. Furiosa, Volcán enfrenta a su expareja y lo amenaza con prohibirle ver a Isabelita. No contenta con esto, besa a Meléndez para darle celos.
Diana se ofrece a ayudar a Andrés y contrata a Sánchez, un abogado amigo suyo. “En este documento están los términos que exige Andrés para ver a su hija. Si no aceptas, te llevaremos a juicio para quitarte la custodia”, asegura el abogado a Lola durante una reunión.
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