QUÉ HA PASADO
• Genoveva confiesa al fin que ella asesinó a Marcia.
• Marcos recibe una triste noticia al volver de México.
• Fabiana, cerca de Baltasar.
José comunica a sus vecinos el fallecimiento de Bellita. Esa misma tarde se organiza el funeral de la artista. Los asistentes se quedan sorprendidos al ver que Alodia no asiste al entierro de su señora. Posteriormente, observan que la criada no se comporta como antaño. Horas después, la escuchan reírse junto con Domínguez.
Rosina, una de las presentes, se acerca a ellos y los descubre en una actitud muy comprometida. “¿Habrá algo entre ambos? Esto no es normal”, piensa. Al día siguiente, sus sospechas aumentan cuando se entera de que el viudo se ha opuesto al homenaje a su esposa que han preparado Jacinto y Servando en el barrio.
Por otro lado, Lolita ya ha regresado de Cabrahigo y nota a su marido más adulador que de costumbre. La mujer intuye que algo no marcha bien. Para que se relaje, sus suegros la invitan a dar un paseo con ellos. La mantequera acepta: “Me vendrá bien tomar el aire, me llevaré también al pequeño, necesita salir”.
Antoñito se queda solo en casa y Natalia, sabedora de la situación, se presenta en su domicilio con la intención de seducirlo. Finalmente, logra acercarse lo suficiente a él para que un fotógrafo que los espía saque unas fotos bastante sugerentes de ambos. El destino de las imágenes únicamente lo conoce la joven.
Ajeno a los romances de sus amigos, Marcos intenta lidiar con la muerte de Felicia. El hombre no se recupera de haber perdido a la mujer que amaba y lo que más le duele es no saber con claridad en qué circunstancias ocurrió su fallecimiento. Convencido de que alguien tuvo que ver en ello, se promete a sí mismo encontrar al culpable: “No voy a descansar hasta que el malnacido que destruyó mi alegría esté entre rejas”.
Esta decisión altera demasiado a Soledad, que tiene un encontronazo con Susana en plena calle cuando la descubre hablando mal de su jefe: “Debería mirarse primero en un espejo, ahórrese sus comentarios de una vez”, comenta la empleada enfurecida a la sastra.
A su vez, Anabel se siente algo abandonada por Miguel, que está completamente centrado en su tesis y no tiene tiempo para amoríos. Aurelio, conocedor del alejamiento de la pareja, no duda en burlarse de la señorita Bacigalupe: “Ese abogaducho no es para ti, ya deberías entenderlo”.
Pasan los días y Genoveva sigue en prisión. Su única conexión con el mundo exterior es Susana, que suele ir a ver cómo se encuentra. Una mañana la dama reclama un vis a vis con su esposo, quien se niega a la petición.
Durante la tarde, el abogado recibe la visita de Méndez en su piso y le cuenta que hizo bien en no asistir a la reunión con su mujer: “Encontramos un punzón afilado en su celda. Creo que pretendía matarte con él”. Además, le comunica que la presa ha pedido el indulto.
Cerca de allí, Roberto y Sabina se ven obligados a cerrar el restaurante Siglo XX por las tardes para continuar con las excavaciones en la bodega, algo que no gusta en absoluto a su clientela, que se siente desatendida.
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