QUÉ HA PASADO
• Entierran a Marisol.
• Manolita se entera de que su hija salía con Paco.
• Maica asume la tutela del díscolo Fabián.
• Miguel le cuenta a Estefanía que trabaja para el CESID y que ella debe espiar a Abel.
Manolita no perdona a Marcelino el haberle ocultado la relación de su hija con un hombre mayor. Al menos, Abel le hace ver que tiene que centrase en las personas que siguen a su lado: “Te necesitan y es la única manera de que superes tu dolor”.
En el bufete, Cristina y Justo están confundidos con el comportamiento adolescente de Guillermo desde que llegó de Estados Unidos. Sin embargo, él se cree que está centrado y, a espaldas de sus compañeros, da un paso importante para el despacho.
Maica empieza a arrepentirse de haber aceptado la tutela de Fabián, que no consigue centrarse. “Entiendo que tienes que aprender, pero no soporto a los vagos”, le regaña.
La guerra entre Benigna y Socorro sufre otra batalla por la tarta de la boda de Manolín y Emma. “El postre es un elemento fundamental en toda ceremonia y deben elegirla las dos familias”, explica Castro ante la insistencia de su jefa de ser ella quien decida ese importante detalle del enlace.
Estefanía no digiere la información que le dio Miguel, pero es consciente de que no tiene más salida que colaborar y ser la sombra de Abel o su hermano jamás saldrá de la cárcel de Carabanchel.
Pronto, Cristina se entera de lo que hace Guillermo sin contar con ella y se enfada: “Te fuiste dejándonos tirados y ahora vuelves como si fueras el jefe”. Con su don de gentes, Galán logra que se calme.
Los Gómez y los Sáez de Abascal preparan el enlace con ideas muy diferentes. A ambas familias les cuesta llegar a un acuerdo, pues Manolita aún no está en condiciones de centrarse y Socorro se aprovecha.
Tras ser rechazada en el King’s, Virginia busca una oportunidad en el obrador de Maica, que la coge para que lleve la parte de pastelería. Entre sacos de harina y levadura conoce a Fabián, que se fija en la recién llegada, sumando otro motivo de distracción a los que ya tiene.
Quintero alucina con las mentiras que Benigna le cuenta a Virginia sobre su madre: “Cada vez son mayores. Dentro de poco le vas a decir que Goyita renunció a ser reina de España y la decepción será mayor cuando sepa que era prostituta”.
Por fin llega el día de la boda de Manolín y Emma y al novio todavía le cuesta hacerse a la idea del paso que va a dar. Por lo menos, hay muy pocos invitados y la celebración no se alarga en demasía. Sin embargo, la noche de bodas resulta estresante para el novio, que no sabe cómo actuar ante una mujer de lo más sensual y provocativa con él.
A la mañana siguiente, Fabián no se presenta en el obrador y Gorka teme que se haya ido de la ciudad: “Lo conozco y es capaz de lo que sea para evitar el reformatorio”. Por suerte, se presenta horas después con una excusa tonta. Al parecer, ha pasado de interesarle Virginia a pensar que es una pesada. “Es insoportable. No para de hablar”, comenta a Maica.
Cristina y Guillermo tiene un acercamiento y plantean una solución. “Ya no somos los estudiantes que íbamos a cambiar el mundo. Si tú sigues en ese camino, llegamos a un acuerdo de escisión antes de pelearnos. Será lo mejor”, comenta ella.
Como tía política de Manolín, Amparo siente la obligación de enseñarle modales y protocolo al pasar a una nueva clase social. “Señora, no puedo perder el tiempo con esto”, se rebela él ante tantas normas.
Esa misma tarde, los padres primerizos escuchan por primar vez el latido del hijo que esperan. “Es el sonido más bonito que he oído en mi vida”, se emocionan ambos.
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