Poquito a poquito, como dice la canción de Luis Fonsi, el mundo va recuperando la normalidad tras la pandemia pero todavía queda camino por recorrer y Arap Bethke prefiere tomarse el confinamiento con calma.
¿Cómo llevas estar encerrado por la covid-19?
Bien. Creo que el secreto ha sido que, desde el primer día, me he impuesto una rigurosa rutina. He cocinado mucho, sobre todo en el desayuno que preparaba chilaquiles, enchiladas, tamales… Para la cena inventaba recetas con lo que había en la nevera.
¿Qué más has hecho?
He escuchado muchísima música. Soy un roquero de corazón que ha caído en el reguetón (risas). He visto películas clásicas y de misterio, esas que te confunden y tienes que juntar las piezas en tu cabeza. Me apasionan. También he tenido tiempo de parar a meditar. Esta práctica me mantiene en paz.
¿En qué andabas laboralmente antes del confinamiento?
Con la serie Fabric of Lies (Fábrica de mentiras), una trilogía para una plataforma llamada RivitTv. La idea es que la gente descargue los capítulos y vote si quiere que se grabe al completo. Espero que tengamos suerte.
¿Se ha caído algún trabajo debido a la pandemia?
No, se han retrasado. En junio iniciaba el rodaje del f ilme Infatuación, que pasa a diciembre. La película va de unos crímenes en cadena y engancha, pues a cada momento cambia la perspectiva de quién es el culpable.
¿Has pensado en ponerte detrás de las cámaras?
Sí, porque probé con un corto y fue muy gratificante. Al estar centrado en la actuación no he podido desarrollar otras facetas. Seguro que me decantaré por un guión de acción, aunque lo que estoy escribiendo es una película de dibujos animados que pueda ver la familia entera.
¿La televisión ha sido siempre tu principal fuente de ingresos?
Es el formato que más conozco. Sin embargo, estoy alejándome un poco para poder afrontar otros retos y crecer como actor.
¿Qué buscas en un proyecto?
Que me saque de mi zona de confort. Eso me pasó con Hard Candy, mi primera obra de teatro. Me llena aprender y por eso busco variedad en lo que hago. Cuando interpreté a un periodista acudí a reuniones editoriales; en Closer era dermatólogo y hablé con especialistas en la materia y en La piloto no paré hasta que aprendí a llevar aviones.
Esa ficción ha sido un éxito.
Al emitirse en Netflix se ha visto en mas países. John Lucio, mi papel, me marcó y el público me ha escrito cosas muy bonitas de él. ¡Ojalá haya una tercera temporada!
¿Qué te queda por hacer?
Mil cosas. Soy actor porque de niño me enamoré de los wéstern y me encantaría una película o algo ambientado en el Viejo Oeste.
La última telenovela en la que participaste fue La usurpadora. ¿Qué destacarías de ella?
El reparto, que fue de ensueño, y mi personaje: Facundo Navas, un hombre que llega para investigar unos hechos violentos.
Se trata de una adaptación de otra producción. ¿No piensas que sería mejor para el género apostar por guiones originales?
En el mundo de las novelas hay un mercado muy extenso y se debe ofrecer la mayor variedad posible. Los espectadores agradecen que se compaginen historias clásicas con otras de temática más actual.
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