A bocajarro; ‘Fugitiva’

QUÉ HA PASADO

• Vedat decide denunciar a sus secuestradoras.

• Friket confiesa a Vedat que es su verdadero padre.

• Tahir tiene una idea para animar al pequeño Yigit.

Finalmente, Mercan y el resto de sus amigas salen de la cárcel tras el secuestro de Vedat. Ahora, todas, como mujeres libres, pretender regresar a la normalidad de sus vidas. Una mañana, Asiye comienza a sentirse mal hasta que rompe aguas. Después de varias horas, da a luz a un hermoso bebé. “Gracias a Dios por permitirme ser madre de nuevo”, asegura mientras sostiene al recién nacido entre sus brazos. Por la noche, es trasladada a su domicilio. Allí, recibe la visita del señor Ösman, que no se ha aguantado las ganas de ir a conocer a su nuevo nieto. El imán lo bendice y le dedica unas tiernas palabras: “Esta criatura marcará un antes y un después en esta familia. Será el motivo de muchas risas para todos”. Balim también está muy contenta con su hermanito y con tener nuevamente a su progenitora en casa, pues la echó mucho de menos durante su estancia en prisión.

Por otro lado, Tahir ha tomado una decisión: va a librar a sus seres queridos de la maldad de Vedat para siempre. Furioso, se cita con el delincuente en un camino. Ambos empiezan a discutir y, cuando el tono se eleva, Kaleli lo agarra por la solapa de la chaqueta, lo acerca a él y le dispara tres veces a bocajarro. El malherido es llevado al hospital y su atacante se entrega a unos agentes: “Pueden esposarme por intento de asesinato y condenarme a cadena perpetua, pero no me arrepiento de lo que hice”, comenta mientras cierran la puerta de su celda. Cuando a Mustafá le comunican la detención de su hermano, corre a la comisaría.

Allí, logra ver al recluso, que le pide que cuide de su esposa y su hijastro. “Ellos no deben pagar por lo que hice. Ahora que no puedo estar a su lado, eres tú quien debe protegerlos”, le suplica. Él, por su parte, le jura que jamás permitirá que les pase nada malo.

Mientras tanto, Friket ya está al tanto de lo ocurrido con su hijo y que está en cuidados intensivos. El hombre se dirige hacia la clínica en la que se encuentra y al llegar a su habitación contempla una escena horrible: Sayar está intubado y lleno de claves, una clara imagen de que se halla entre la vida y la muerte. El señor, entonces, empieza a llorar. “Nunca terminaré de pagar el daño que hice. Sé que provoqué sufrimiento, pero no quisiera perderte”, piensa al observar a su vástago en la cama.

Lejos de allí, Nefes se siente culpable de que su esposo esté entre rejas por intentar protegerla y considera que lo mejor es marcharse de la ciudad. Así pues, coge a Yigit y abandona su hogar sin que sus cuñados se den cuenta. Antes de salir del domicilio, deja una carta de despedida. Cuando su marido se entera de lo que ha hecho, escapa de comisaría y va a buscarla.

Fatih busca consuelo en su amada Berrak

La desaparición de su cuñada pasa factura a Murat, que poco a poco ve cómo las personas que quiere van desapareciendo de su vida. En un acto de desesperación, llama a Nazar y le ruega que se vean. Ella accede y va a recogerla con su coche. En el interior del automóvil se produce un momento de intimidad entre ellos. “Gracias por hacerme ver que siempre puedo contar contigo”, comenta el muchacho. En una situación parecida está su mellizo, pero con Berrak, a quien ha ido a contarle sus problemas.

Por su parte, Saniye está encantada con que su nuera haya resuelto irse, ya que siempre ha pensado que su presencia en su casa era un peligro para sus vástagos. “Es una gran noticia, estaremos mejor sin ella”, asegura.

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