Si fuéramos una de las cinco hijas de la señora Bennett, empeñada en casarlas a todas con hombres de buena o buenísima posicion social, seguramente viviríamos dentro de vestidos de corte imperio. Tendríamos bastantes, unos de gala para acudir a los bailes; otros de faena, más rústicos y toscos. Serían casi siempre largos, las mangas tendrían cierto volumen, especialmente en los hombros aunque lejos de la extravagancia, y los escotes y cuellos, tan característicos en el siglo XIX, no se ceñirían a un único patrón, aunque nuestros favoritos serían los de babero o claudine, conocido también como cuello bobo.
Superada la ficción y terminada la novela Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, no tenemos ni tantas hermanas ni la necesidad de pasar por la vicaría por obligación. Sin embargo, podemos quedarnos con lo más romántico de la historia: su magnífico vestuario formado por tantos vestidos como seas capaz de recordar.
© Ilustració Mar Lorenzo. Fotografía Zara
Inspirados o no en la literatura de la novelista británica, Zara atesora varios diseños que bien podrían haber llevado Jane, Lizzy, Lydia, Mary o Kitty, pues beben de aquella época, aunque a diferencia de los de las hermanas, son cortos, o muy cortos, dependiendo de tu altura.
Ser la alta de las bajitas, como decíamos, tiene premio, pues los dos vestidos de terciopelo, con el cuello con puntillas y en los tonos más apetecibles a estas alturas del año froman parte de la última colección de Zara Kids, en concreto de la Dress Time, una amalgama de prendas de fiesta que sin tener más brillos que el de la piel de melocotón, viste más que un millón de lentejuelas juntas.
© Ilustració Mar Lorenzo. Fotografía Zara
Con tallas hasta la 13-14 años (164 cm), tanto el verde botella como el color frambuesa emparejan de una manera loca con las bailarinas, también de terciopelo y disponibles en la sección de niñas, en tonos marino o rosa palo, ambas con pulseras en el empeine para sujetar mejor las pisadas.
Añadir un gran lazo en la coleta o incluso una diadema sobre la melena es algo que dejamos a tu antojo, aunque creemos que Jane y sus hermanas lo harían, pues no hay vestido que no quede bien con una buena lazada, ni lazada a la que se le resista una buena melena.
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