Pierpaolo Piccioli reflexiona en esta entrevista sobre la importancia de las personas y de qué manera el confinamiento ha golpeado esa necesidad innata de estar en contacto con los demás. Poner a las personas en el centro del proceso es la gran apuesta de este creador que representa como nadie esa moda con alma capaz de emocionar.
¿Dónde se tomó esta foto?
En el taller de Valentino Couture en Roma. Ha estado vacío un tiempo. Ya se ha vuelto al trabajo, ha vuelto la gente. Así que para mí es una señal de esperanza. Para mí los espacios no están marcados por los muros, los componen las personas. Ya puedo sentir a la gente. Es como una bienvenida para los que retornan y empiezan de nuevo.
La idea de la humanidad, especialmente a través de la artesanía, es muy importante en su obra. ¿Qué representa para usted esa artesanía en la actualidad, en un momento en el que la gente tiene que estar separada?
Creo que durante este encierro todos echamos de menos a la gente. Comprendemos que no necesitamos objetos materiales. Abrazos sí, ese contacto físico con los demás. Por eso es muy importante tener visión humana en una compañía, en una presentación, en lo que sea. Porque para mí –siempre, pero ahora más que nunca– lo humano tiene que estar en el centro del proceso. En las décadas pasadas se ha hablado mucho de cifras; el primero, el mejor. Y en cierto modo esto ha creado una cierta competitividad que no creo que sea necesaria. Parece que puedes olvidarte dela humanidad y de la creatividad porque lo que importa es el dinero y el marketing. Y la moda no es eso. La moda es sueño e inspiración. Tiene que centrarse en la creatividad, en la humanidad.
Quería preguntarle sobre su campaña #ValentinoEmpathy. ¿Cuál fue la inspiración?
Surgió del momento tan raro que vivimos, de sus límites. Empezamos a pensar en la campaña de Otoño 2020 en marzo, después del desfile, y por supuesto que no pudimos llevarla a cabo de la manera habitual. La empatía crea una especie de comunidad de personas que comparten los mismos valores, ideas, formas de pensar. Así que le pedí a algunas amigas y a gente que representa algo para mí y que encarna los mismos valores –la idea de la igualdad sin barreras– que posasen para alguien con el que viviesen en ese momento para crear unas imágenes con intimidad. Entre ellas Adut Akech, Mariacarla Boscono, Frances McDormand, Rossy de Palma, Gwyneth Paltrow, Janet Mock, Rula Jebreal y Ghali. Y lo más importante es que todas ellas han donado esas imágenes para recaudar un millón de euros al hospital Lazzaro Spallanzani en Roma. Estoy muy contento porque todas ellas han participado con mucho entusiasmo. Valentino siempre ha sido conocida como una marca de estilo de vida. Ahora quiero que se convierta en una marca comunitaria, porque cuando haces un proyecto de este tipo aprendes que la idea de comunidad es algo real. No es solo algo vacío de lo que se habla. Es transformar una marca desde la idea de la exclusividad a la idea dela inclusividad.
En su desfile de febrero, dijo: «La moda tiene que reflejar y encarnar los grandes cambios del mundo». ¿Cómo espera hacer eso con la pandemia?
Creo que ahora tenemos que ser más radicales, más agresivos, sin compromisos. Tenemos que ser más directos. Tenemos que seguir nuestra intuición y nuestras ideas, incluso si no parecen convenientes. Creo que si sientes algo tienes que hacerlo. Porque puedes crear un bello vestido, puedes aportar belleza, pero con ello también puedes mostrar valores, tus propios valores.
¿Por qué piensa que la moda es importante en momentos como el que vivimos? En su opinión, ¿qué roles tiene que cumplir en la vida de la gente?
Estaba pensando en la Edad Media en Italia. La Edad Media fue sin duda una época muy oscura. Pero después de la oscuridad llegó el humanismo y la gran belleza del Renacimiento. Creo que ahora todo ocurre más rápido. La revolución digital es como la revolución de la imprenta. Puedes conectar con todo el mundo a través de una pantalla, pero estamos conectados. Y ahora necesitamos que ese momento humanista renazca con toda su belleza. Eso es lo que creo. Soy optimista ante el futuro. Siento las ganas de empezar de nuevo, de replantear las cosas. Porque sabemos que no tenemos que seguir las viejas reglas, así que es importante ser fieles a nuestras ideas y valores más que a otra cosa. Y a la gente, por supuesto. Echaba de menos a mi equipo. Por eso quería que volviesen, para empezar de nuevo, pero con energía renovada. ¡Incluso más que antes! Porque creo que esta es una gran oportunidad.
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