Ni un recogido antiguo, ni el pelo suelto, lo que AMAMOS es el moño despeinado de Ana de Armas

A menos de un mes de comenzar con las jornadas festivas que la Navidad obliga a celebrar en todos los ámbitos de nuestras vidas -trabajo, amigos y familia- lo que necesitamos, además de un armario lleno de modelitos que poder reinventar para no arruinarnos en el intento, es una buena dosis de inspiración desde todos los canales posibles: televisión, Netflix, HBO, Instagram… y por supuesto, el cine. A una alfombra roja hemos ido a parar tras ver de lejos el increíble look de Ana de Armas, y al hacer zoom la sorpresa ha sido mayor: era más perfecto de lo que podíamos imaginar, y no hablamos solo del vestidazo de Chanel que llevaba anoche, sino de su peinado, ¡ay, su maravilloso peinado!

 

Ana de Armas, ayer con su lookazo de gala.© Getty Images

Parecía haber salido de un cuento de fantasía, envuelta en un halo de romanticismo. Ana de Armas presentaba ayer su último trabajo en Hollywood, la película dirigida por Rian Johnson Knives Out, y junto a Chris Evans, Jamie Lee Curtis y Daniel Craig entre otros, y solo un vestido de Alta Costura de Chanel podía conseguir lo que sucedió anoche: que todo el mundo la mirara y quisiera ponerse en su piel para estar tan despampanante como ella en el que podría ser el look de novia más precioso del año o como en este caso, el de fiesta más bonito, a la altura de los de Dakota Johnson o Lucy Boynton.

Admirado y deseado, esta prenda no ha sido lo único que nos ha enamorado profundamente, sino el peinado con el que lo lucía.

Ana de Armas, ayer en el estreno de ‘Knives Out’.© Getty Images

Con más misterio y complicación de lo que seguramente aparenta, el moñito alto y despeinado de la actriz, con la rsya en medio y varios mechones sueltos y ondulados enmarcando su cara contrasta con el vestido pulido y mágico de Chanel, y no solo no queda maravillosamente bien, sino que es la solución para todas aquellas que saben que un pelo recogido queda a veces mejor que el pelo suelto, en según qué looks, pero se niegan a pasar sus mechones por las tenacillas porque el efecto peluquería no les acaba de encajar.

Conseguir el equilibrio entre el despeinado y el pulido justo no es fácil, pero se puede conseguir a base de mucha práctica delante del espejo, maña con las horquillas y el fijador, y paciencia. Mucha paciencia.

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