Llámalo plumas, acolchado o el abrigo de vestir más inesperado del invierno 2020

En marzo de 1988 las cosas todavía fluían en Buckingham Palace; o al menos, eso aparentaban, porque los problemas entre el futuro heredero de la corona británica y la que luego llamarían la Princesa del pueblo comenzaron en la propia luna de miel, siete años antes. A final de la década, Lady Di, el Príncipe Carlos y su cuñada Sarah Ferguson sonreían delante de las cámaras mientras intentaban hacer algún eslalon en los montes de Klosters, Suiza, y fuera buena, mala o regular su relación de pareja, a Diana no se le notaba, y mucho menos enfundada en sus ya míticos estilismos de nieve, los cuales, por cierto, siempre incluían alguna prenda acolchada y poco discreta.

A repeler el frío e ir a la vez impecable hemos aprendido a base de estudiar a los que más saben, y entre ellas no solo están las royals inglesas (Reina Isabel II incluida), en España, en la misma época, el príncipe Felipe, hoy ya Rey, lucía chaquetas similares firmadas en este caso por una de las marcas con más tirón de la década, la que fundó el alpinista y esquiador madrileño, y que llevaba su propio nombre, Pedro Gómez. Sus piezas, hechas con los mejores materiales, y cosidas y customizadas a mano, valían muchos miles de pesetas y tras un parón importante, pero no indefinido, la conversión a euros ha sido posible. La marca de los plumas españoles más auténticos ha vuelto con la tendencia. Y toca celebrarlo.

© Ilustració Mar Lorenzo

La moda que comenzó hace casi 40 años, seguramente rescatada de otra década anterior, ha regresado en forma de sorpresa. Los abrigos camel, los militares de paño y los teddy ya estaban aquí y no queríamos que se fueran, pero nadie esperaba que los plumíferos, las chaquetas acolchados o puffy se sumaran a la tendencia e irrumpieran este otoño con la fuerza con la que lo han hecho, y menos con los estragos del cambio climático a cuestas, cuanod el frío dura menos que nunca y el verano hay momentos que parece que no va a agotarse jamás.

Abultados, suaves y rellenos de pluma o plumón, su volumen, que no resistencia, los había alejado del terreno de los looks más elegantes, sin embargo, la moda se ha puesto de acuerdo por unanimidad y las chaquetas más calentitas del invierno pueden hoy combinarse con trajes, vestidos tubo, faldas lápiz y por supuesto, vaqueros, pero eso ya lo sabíamos.

© Carola de Armas

En un orden que desconocemos, Zara, Massimo Dutti, las reinas nórdicas del street style, los herederos de Pedro Gómez, Bimba y Lola… y todas las marcas que nos roban el sueño cada vez que dejamos que nuestra mente fantesee con los looks más deseados de la temporada, se han puesto de acuerdo para lanzar los plumíferos que más juego (y calor) dan y que queriendo o sin querer, han acorralado a los más clásicos en beneficio propio.

No hablamos, o sí, de llegar a una fiesta como Ezra Miller el día del estreno de la película Animales fantásticos: Los crímenes de Gindelwald, que apareció con un vestido acolchado y espectacular firmado por Pier Paolo Piccioli para Moncler, sino de sumar a tus estilismos, sean cuales sean, la chaqueta de la temporada, que no es otra que el plumas, el plumífero, el husky o el puffy de toda la vida.

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