Se aprende más de moda tomando un café en la mesa del salón de tu abuela que en la más lujosa pasarela de París. Me pasa cada vez que las tendencias se cruzan en una conversación con ella y me doy cuenta que saber identificar a qué firma concreta de Inditex pertenece el vestido de cualquier chica que cruza su paso con el mío no me otorga sabiduría alguna si no sé asegurar en qué tejido ha sido confeccionado, qué nivel de dificultad hay en el patrón o si esa silueta se llevó o no en 1965. Ella, en cambio, sí lo sabe aunque Stradivarius siga siendo solo el nombre de un violin. También la abuela de Andrea Boix, fundadora de la nueva obsesión entre el círculo de (nuevas) editoras y estilistas de moda del país, aquellas que prefieren la exclusividad, la artesanía y el anonimato al amparo lujoso de una firma conocida. Su marca, Croixet; su tesoro, los bolsos de crochet de colores pastel dispuestos a conquistar el mundo desde Almería.
Creatividad de Mar Lorenzo Sales.© Cortesía de Croixet
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Una historia entrañable
"En abril aterricé de Australia directa al confinamiento alicantino. Volví a una realidad muy rara y con mucho tiempo libre, ya que había dejado mi anterior trabajo. Empecé entonces a pasar las tardes con mi abuela Teresa, lo que me hacía infinitamente feliz poder recuperar todo el tiempo que habíamos pasado separadas. Mi abuela es de esas mujeres que no paran, entrañable, siempre con una sonrisa y dispuesta a ayudar y, tarde tras tarde, me quedaba fascinada al verla hacer todo tipo de artesanías: punto, bolillos, ganchillo (crochet)… Fue entonces cuando decidí ponerme manos a la obra y tras horas de hacer “cadeneta” (el punto más simple del crochet) para entrenar con el ganchillo, empecé con mi primer bolsito.
El tamaño perfecto
Los bolsos de Croixet no solo son estéticamente perfectos por impecables y minimalistas, pero lo suficientemente funcionales y prácticos para adaptarse a las exigencias de la temporada estival. "Sabía que lo quería mini porque soy de esas que salen con lo puesto y casi sin bolso y, por qué no, también porque estaba muy de moda. También tenía claro el primer color: lavanda.
© Cortesía de Croixet
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Hola, Croixet
Una vez la idea se gestó en su cabeza y tomó forma gracias a la pericia de sus manos, nació Croixet y sus bolsos de colores empolvados que nos robarían el corazón. "Seguí comprando hilos de colores que me chiflaban y haciendo bolsitos diferentes. Un día me decidí a compartirlos en mi Instagram y las reacciones de mis amigas me animaron a crear una pequeña marquita para poder venderlos, una marca de accesorios hechos a mano, con la que poder transformar la labor tradicional del ganchillo en bolsitos que siguen las últimas tendencias de manera sostenible.
¿Cómo comprarlos?
Según nos cuenta Andrea, sus bolsos están disponibles en dos modelos: el Mandarina (el cuadradito, disponible por 30 euros) y el Albaricoque (el triangular, por 35 euros), pudiendo elegir entre ocho colores diferentes e incluso combinar dos tonos.
© Cortesía de Croixet
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La acogida de la marca ha sido buenísima y lo que empezó con un tándem entre una nieta y una abuela talentosa es hoy una firma con su propia página web y su propio séquito de fans entre las que una servidora se incluye y que pronto se ensanchará con muchas de vosotras que habéis perdido la cabeza imaginando todos los looks que podríais formular entorno a ellos.
© Cortesía de Croixet
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