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El eterno legado de moda de las décadas anteriores al cambio de siglo continúa inspirando las propuestas más actuales de los diseñadores más exclusivos. Sus colecciones se bañan cada temporada con referencias que hacen honor a tiempos pasados en los que, no necesariamente todo era mejor, pero sí que las lecciones de estilo abrieron el camino a una nueva etapa donde todo vale.
La vuelta a los excéntricos años 80 y a los relajados 70 son clásicos en la mayoría de las colecciones. Pero los años 60 representan esa época que, aunque disimuladamente, nos dejó las pautas más estructuradas de la moda. Los sesenta se caracterizaron, fundamentalmente, por la libertad de expresión entre los más jóvenes; una liberación que tuvo su origen en la música y que afectó de manera considerable a aquellas mentalidades que se encontraban más dominadas. Como consecuencia de la libertad en la expresión y en el pensamiento, la moda también sufrió una revolución, dando pie a tendencias que nunca antes se habían visto y que vinieron promovidas, en parte, por la cultura hippie. Sin lugar a duda, fueron años en los que destacaron la diversión además de la constante búsqueda de identidad, lo que hizo que surgieran conceptos que a día de hoy conocemos como vestimenta divertida, extravagante y original.
Las modelos con cortes de pelo pixie vestían prendas que ocupan a día de hoy muchos de los cuadros decorativos de cualquier hogar. Pero su ropa, también continúa en nuestro armario. Tan sólo tenemos que conocer cuáles eran las tendencias del momento para darnos cuenta. Uno de los mayores atractivos de la vestimenta durante los 60 fue el de no mostrar –en el caso de las mujeres– ni el cuerpo ni sus atributos. Las mujeres debían mostrarse como mujeres delgadas, independientes y modernas, siendo este su principal atractivo.
Sucede que muchas de las prendas que lucieron en los sesenta –entre las que destacan la mini-falda, las prendas con estampado animal print, la blazer, accesorios como la boina o el vestido baby doll– son también las tendencias que estamos viendo estos días sobre las pasarelas de moda más reputadas a nivel internacional. Toma nota de cuáles son y prepara tu armario para la nueva temporada.
Mary Quant fue pionera en crear esta prenda y modelos como Twiggy la vistieron en numerosas ocasiones para comenzar a marcar la liberación de la mujer en el terreno de la moda.
El lado más salvaje de grandes iconos de ayer como Elizabeth Taylor se manifestaba por aquel entonces en sus prendas. El estampado de animal es una tendencia que, siempre bajo estrictos códigos de vestimenta, nunca muere.
Si la pasada temporada la vaca y la cebra inundaron nuestra ropa, ahora el estampado de leopardo vuelve con mucha fuerza.
Para conseguir un toque francés tan sólo es necesaria esta pieza. La boina que lleva en la fotografía Brigitte Bardot es uno de los complementos estrella de este 2020. La delicadeza y finura del chic parisino se mezcla con la estética inglesa para ofrecernos resultandos excelentes de estilo.
Cuando Yves Saint Laurent creó el tuxedo para mujer, puede que jamás se imaginara llegar a abrir un nuevo capítulo en el sector de la moda. En pleno 2020 el traje de blazer y pantalón es uno de los ‘must’ de la temporada que pisa con fuerza para ofrecernos la alternativa más elegante y sofisticada en clave rebelde.
Las mezclas de colores que hemos podido ver en la última Semana de la Moda de Copenhague recuerdan a las de los años 60. El amarillo y marrón se impone como la ecuación cromática perfecta para deslumbrar, con originalidad, en la calle.
Nada más sencillo, favorecedor y práctico que un vestido babydoll. Esta pieza, que en su día se hizo popular a raíz de la película erótica que lleva su nombre ‘Baby doll’ (1956), ha vuelto a nuestros armarios para proponernos el corto que reina en las tendencias de la temporada.
Pocos complementos son tan eternos como las maxigafas. Sólo aptas para algunas caras, esta pieza que Jane Fonda vestía sin cesar en los años 60 se instala en las tiendas en versiones que le encantarían al mismísimo Elton John.
La apuesta es clara. Todo a un mismo color. El estallido de tonalidades suaves pero vibrantes vuelven a nuestras prendas para vestirlos en clave monocolor.
A cualquier amante de la moda seguro que le está viniendo a la cabeza las mezclas de estampados que reinan en las afueras de las instalaciones de las fashion weeks. En este arranque de año hemos visto cómo cuadros pequeños adornaban looks con otros más grandes, pero también hemos podido comprobar que las rayas, los cuadros y los lunares pueden llegar a ser una suma perfecta.
Tan arriesgadas fueron durante principios de los 2000 como leyenda son ahora. Las botas blancas, de sesentera inspiración, llevan meses en tiendas y se han convertido ya en objeto de deseo de las consultoras de moda más prestigiosas del street-style.
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