Casi cuatro meses de confinamiento han cambiado las reglas en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida. Algunas han aprendido a cocinar, otras se han dado cuenta de lo importante que es tener cerca a alguien que nos cuide y otras tantas han descubierto que una casa con olor a mar es un tesoro impagable. Fueron día de leeer más y bailar menos; de hablar más y tocar menos; de querer más y besar menos. Lo que nunca asumió una carga positiva sino siempre negativa fue la moda: compramos menos, nos vestimos menos y nos arreglamos menos. Las consecuencias fueron evidentes, no solamente en las tendencias generales que ahora se revelan capitales, sino en los interiores de nuestros armarios, que guardaron el denim y el satén y se encomendaron al algodón y al punto. A nivel práctico, la traducción es clarividente: menos vaqueros, más leggings.
Para aquellas que vivieron en sus propios cuerpos ese viraje estilístico y que todavía hoy, con la situación más o menos estable y con la vida social y laboral parcialemente recuperada, siguen estando del lado de la comodidad, Bershka tiene una tendencia con forma de pantalón: la bermuda de felpa o lo que es lo mismo, la versión de verano del pantalón *jogger*.
© Cortesía de Bershka
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Esta aparición en la nueva colección de Bershka no es casual sino que bebe de dos de las tendencias másevidentes que ha parido el verano de 2020: el triunfo de las bermudas y el auge de los pantalones cortos de chándal. De ambos caprichos de la estética actual nacen estas bermudas, disponibles en cuatro colores – blanco, gris, rosa empolvado y amarillo vainilla – por 12,99 euros.
Más allá de proponer la prenda, la marca de Inditex escribe el manual de uso de la misma, el cual nos cuenta que la mejor combinación posible es la que integra una camiseta del mismo tejido – la felpa – y el mismo color. ¿Otra versión más del uniforme antipitillo que las chicas que en 2020 han llevado más leggings que vaqueros buscan sin descanso? Posiblemente.
© Cortesía de Bershka
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Para estar en casa un domingo tonto. Para teletrabajar, las que tengan que seguir haciéndolo durante el otoño. Para bajar a la piscina con una camiseta de tu padre y que no te importe si tu estilismo gusta o disgusta. Para entrenar en el salón. Para estrenar zapatillas deportivas. Para marcarte un look sobresaliente o para seguir diciendo con tu ropa que prefieres quedarte en casa leyendo, cocinando o poniéndote por enésima vez la segunda temporada de Mad Men.
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