En el año 2003, Kate Moss tenía 29 años y ostentaba el titulo de reina y soberana de la moda, un premio que se había ganado a pulso a base de desfiles, portadas y editoriales antológicos. También en 2003, Kate conoció a David Bowie y rompió con su novio de entonces, el editor de la revista Dazed y el padre de su hija, Jefferson Hack. Todavía no se había cruzado en su camino el revulsivo (y tóxico) Pete Doherty pero ella ya bebía champán en las fiestas, bailaba en todos los conciertos y fumaba cigarrillos como en los años sesenta. En 2003, Kate Moss llevaba muy poco maquillaje y vestía sombreros, vaqueros y botas. En referencia a esta última pieza de su vestidor, los zapatos, podemos incluso perfilar qué modelos calzaba sin parar: unas UGG's y unas altas de color negro. Han pasado 17 años y Kate Moss sigue siendo la referencia (estética, vital y espiritual) para las chicas que nunca son lo suficientemente rubias y que pierden sin remedio la cabeza (y el corazón) por los músicos de mirada brumosa y pelo oscuro. Han pasado muchos años, pero la modelo inglesa sigue defendiendo el mismo look pitillo en mano con la misma maestría que antaño. Sombrero, vaqueros grises y botas altas.
Porque así en 2020 como en 2003: las reglas del juego estilístico han cambiado nada o casi nada. Los vaqueros grisáceos siguen pujando por reventar el dominio de los de color azul índigo, los pitillos resisten a pesar de todo y ella… Ella sigue siendo musa de todos, incluso de quienes le restan protagonismo.
© Fotografías de Getty Images; Creatividad de Mar Lorenzo Sales.
A las pruebas nos remitimos, pues son varias las estampas callejeras en las que podemos verla ataviada con sus vaqueros de siempre (¿seguirá confiando en los mismos?), sus jerséis y abrigos oscuros y sus bolsos caros. Esa tríada sería la protagonista del estilismo cuya vigencia perpetua venimos a defender, pero hay una variable que tiene en la combinación un peso primordial: el cómo se llevan. Porque Kate Moss fue siempre de calzarse las botas por encima del vaquero y la moda esta temporada – aupada por los estilismos aburguesados que se vieron en el desfile de Celine y por las colecciones invernales de marcas como Zara y Mango – le ha dado la razón.
Replicar el ejemplo es sumamente fácil, pues la moda está repleta de vaqueros ceñidos y botas altas para crear combinaciones a placer. Ahí van dos ejemplos (y dos comprazas):
· Unos vaqueros skinny, de Saint Laurent
© Cortesía de MyTheresa
· Unas botas de ante negro y de estética cowboy, de Isabel Marant
© Cortesía de MyTheresa
Kate Moss ha intentado sustituir sus vaqueros pitillo por otros de pernera más ancha y así alinearse con lo que dictan las tendencias modernas, pero no puede. También ha dejado de ser tan jefa como lo era en 2003… pero tampoco es capaz. Que así sea por siempre jamás.
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