Nacida Kimberley Fiona Manning el 7 de mayo de 1960, se presentó en nuestro país en mayo de 1983 enfundada en el maillot rosa característico de las azafatas del concurso estrella de la época. La californiana conquistó con su acento guiri a Chicho Ibáñez Serrador, que la seleccionó para participar en el Un, dos, tres junto a compañeras como Silvia Marsó.
Kim permaneció en el concurso de TVE durante más de 130 programas hasta enero de 1988, llegando a ser ‘ascendida’ a azafata contable en 1987, todo un honor que hasta entonces no había conseguido ninguna extranjera. Y es que Kim fue ganando protagonismo cada viernes con su gracia americana y brillaba en los números musicales.
Durante sus cerca de 5 años en el concurso, conoció a algunas de las actrices y presentadoras que se han convertido en rostros conocidos de la pequeña pantalla como Lydia Bosch o Nina.
Pero el 4 de enero de 1988 el programa se despedía de la parrilla en su sexta temporada y con él decía adiós la americana, que no podía evitar las lágrimas al despedirse de Mayra Gómez Kemp. «Ninguna de mis compañeras y yo olvidaremos lo mucho que hemos aprendido aquí y lo mucho que hemos recibido», decía.
Entonces, sabía que si el programa volvía (como así fue en 1991) la edad corría en su contra y probablemente no podría formar parte de las chicas. Por eso, volvió a hacer las maletas y puso rumbo a su país natal donde estudió Arte Dramático para intentar reciclarse como actriz y probar suerte en la ficción. Eso sí, sin perder de vista el concurso de La 1 en el que hizo algunas apariciones esporádicas durante su nueva etapa.
En 1992, TVE volvió a contar con ella para presentar junto al galán de telenovelas Fernando Carrillo el espacio El show de la una, un magazine diario en el que un joven Karlos Arguiñano cocinaba El menú de cada día. Su andadura duró hasta abril de 1993, cuando Concha Galán y Goyo González les dieron el relevo.
Después, hizo capitulares en series como Farmacia de guardia, La revista y Pasen y vean, hasta que en 1998 llegó a su vida la fontanera Tania de Manos a la obra. La americana cambió de nacionalidad y pasó a ser polaca en la comedia de Antena 3 protagonizada por Manolo (Ángel de Andrés López) y Benito (Carlos Iglesias) en la que estuvo durante 130 capítulos hasta 2001.
En 2003 volvió a la cadena de Atresmedia con la serie London Street, en la que interpretaba a Mrs. Robinson, un ama de casa londinense. Pero la ficción no cuajó y fue retirada en el tercer capítulo por su baja audiencia. Siguió en Antena 3 como concursante y presentadora de Pasapalabra e hizo sus pinitos en el cine con películas sin mucha trascendencia como
En cine contó con papeles efímeros en películas como Spanish Fly (1998), Punto de mira (2000) o el telefilme de Disney Chanel The Cheetah Girls 2 (2006).
En 2006 volvió a brillar, aunque esta vez en un terreno que conocía muy bien: la pista de hielo. Kim fue una de las participantes del concurso de Telecinco Desafío bajo cero, donde demostró por qué en su infancia y adolescencia ganó dos medallas de oro en esta modalidad. Manel Fuentes presentó la versión española del concurso británico Dancing on ice que ganó la gimnasta Almudena Cid mientras que Beatriz Luengo quedó en segunda posición y Kim se llevó el bronce.
Su último trabajo en televisión fue en 2016 en la serie Escuela de Rock, donde interpretaba el papel de Anna. Poco después, volvió a dejar nuestro país para mudarse a Phoenix (EE.UU), donde trabajó como profesora en un proyecto de teatro para niños llamado Child’s Play y lleva una vida alejada de los medios.
En su presentación en la web, la artista resumía su carrera de la siguiente manera: «Cuando tenía 20 años, fui a España con un contrato de 4 meses como bailarina, no hablaba español ni conocía a nadie, además solo tenía 2 dólares a mi nombre. El productor me dejó en la estacada y sin billete de vuelta a Estados Unidos (…) Ahora estoy agradecida porque se convirtió en una increíble aventura española que duró 24 años, incluyendo papeles protagonistas en algunas comedias españolas de larga duración, concursos y cine! ¡Ah, y todavía tengo un restaurante en Madrid! ¡Una larga historia! Y muy divertida!». El restaurante al que se refiere es Cornucopia, un local situado en el centro de Madrid.
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