A pesar de este título tan tétrico que me ha salido, quiero mandaros un mensaje. Esto de hoy no va de sexo ni de cuánto echamos de menos el tocarnos. Esto de hoy va para los padres y madres de mi generación (y un poco más los de la generación posterior, los que estáis llegando a los cuarenta), que andamos bastante apurados con lo que va a pasar académicamente con nuestros hijos. ¡Que vamos a perder tres meses de curso! ¡Dios mío!.
Por eso nos tienen saturados de tareas, emails, programas, actividades, libros gratis, más actividades, conexiones en vídeo, sesiones de magia en el salón de Fulanito… Cocina con tus hijos, lee con tus hijos, haz magia con tus hijos, revisa los deberes de tus hijos. (*)
(*) Dejadnos un poquito en paz, por caridad
Y, además, trabaja (los afortunados que podemos hacerlo a distancia), y cocina, y limpia, y siente que cada día se parece tanto al anterior que estás por pedir que en vez de “mamá” te llamen Sísifo.
Os voy a decir una cosa: no va a pasar nada porque los niños no hagan todo lo que hacían mientras iban a la escuela. Estamos en un tiempo de excepción, y lo que hacemos en este momento es algo excepcional. Nadie les va a examinar. Ya veremos lo que pasa cuando podamos salir del encierro. Mientras tanto, no os fustiguéis, porque bastante tenemos con organizarnos en este Gran Hermano forzoso.
Nos parece que la vida es eso que pasa mientras estamos encerrados, que se nos escapa el tiempo. Que no somos productivos. No nos damos cuenta de que después de esto ya nada será igual. Y es posible que ese “nada igual” sea el bofetón que necesitamos para entender que estábamos haciendo mil cosas por inercia. Que hay mucho que revisar, sí, pero no son las tareas escolares, sino en qué y cómo y, sobre todo, con quién andábamos gastando ese tiempo que ahora pensamos que estamos perdiendo.
Sospecho que tras este confinamiento no habrá ningún “educador” al que se le ocurra utilizar la expresión “tiempo de calidad con los hijos”. Se supone que ahora tenemos todo el tiempo del mundo, pero seguimos intentando hacer funcionar la ruedita de hámster tal y como lo hacíamos antes, y no puede ser.
Preocupaos por manteneros y mantenerles a salvo. Ya se verá lo demás.
#QuedaosEnCasaOnoVamosaSalirEnLaVidaCoño
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