Quién es quién en el clan de Amancio Ortega: la red sólida y leal sobre la que se apoya

El hecho de que hasta 1999 no se hubiera publicado una sola foto suya, a excepción de un antiguo retrato en blanco y negro, ha contribuido a forjar la leyenda de Amancio Ortega (Busdongo de Arbás, León, 1936). Desde entonces solo hay un puñado de imágenes más, la mayoría desencadenadas por complacer a su hija pequeña Marta, como en sus dos bodas o en los eventos hípicos de Casas Novas, la hípica que hizo construir, inspirado por ella, en A Coruña. Este yunque de silencio y esta debilidad por su familia trazan dos importantes rasgos del empresario español más relevante del mundo, que desde su blindado hermetismo se apoya en una pequeña, sólida y fiel red de allegados. Ellos serán los coprotagonistas de la serie que Amazon Prime Video prepara sobre la trayectoria del empresario. Aquí una guía para no perderse.

Su madre, Josefa: la inspiración de su vida.

Amancio Ortega nació en Busdongo de Arbás, un pueblecito leonés, el 28 de marzo de 1936, tan solo cuatro meses antes del inicio de la Guerra Civil. Sus padres eran naturales de la provincia de Valladolid: Amancio Ortega Rodríguez (peón de mantenimiento de ferrocarril) y Josefa Gaona Hernández. En el libro que Covadonga O’Shea escribió sobre él (Así es Amancio Ortega. El hombre que creó Zara, en el que se basará la serie), el propio Ortega cuenta la anécdota que marcaría su carácter y que le daría un propósito: "Una tarde al salir de la escuela fui con mi madre a una tienda a comprar comida. Yo era el pequeño de mis tres hermanos, a ella le gustaba venir a recogerme para llevarme a casa, y muchas veces le acompañaba dando un paseo mientras hacía sus recados. La tienda en la que entramos aquel día era uno de aquellos ultramarinos de la época, con un mostrador alto, tan alto que yo no veía quien hablaba con mi madre, pero le escuché algo que, pese al tiempo transcurrido, jamás he olvidado: «Señora Josefa, lo siento mucho, pero ya no le puedo fiar más dinero». Aquello me dejó destrozado. Yo tenía apenas 12 años". A los 13 comenzó a trabajar como recadero en la renombrada camisería coruñesa Gala. El resto es historia. Josefa falleció a los 94 años y pudo ver el éxito de su Choliño, como lo llamaba ella.

Su primera mujer, Rosalía: su primera socia.

De familia humilde, Rosalía Mera (A Coruña, 1944) dejó el colegio a los 11 años y se puso a coser para las señoritas coruñesas en una tienda llamada La Maja. Su padre era empleado de Fenosa y su madre regentaba una carnicería. Rosi, como la llamaban, ascendió a dependienta y ahí conoció a Amancio. Saltó la chispa y decidieron unir sus destinos en el amor y en el trabajo: se casaron en 1966, formaron una familia y juntos pusieron las primeras piedras del imperio Inditex. Es bien conocido que Zara empezó diseñando batas de boatiné. Lo que no siempre se sabe es que era Rosalía quien las cosía. Amancio tenía la visión del negocio, ella conocía cómo hacerlo posible.

El matrimonio tuvo dos hijos: Sandra y Marcos, quien nació con una parálisis cerebral profunda. Aquella experiencia le hizo volcarse a lo largo de su vida en distintas iniciativas para la integración social de las personas con discapacidad. En la biografía que escribió sobre ella Xabier R. Blanco se cuenta que siempre estuvo peleada con su fortuna: “No fardaba de yate porque tampoco lo tenía, ya que le parecía ‘casi una horterada". Su coche era un Golf, eso sí, descapotable. La ostentación no era para ella y nunca olvidó sus orígenes.

La separación de Amancio llegó en 1986, dos años después de que este tuviera una hija (Marta) con Flora Pérez, ascendida del departamento de corte a encargada de la tienda de Vigo. Según publicó La Otra Crónica, Rosi se enteró de la relación por el alumbramiento. Con el divorcio se apartó de Inditex (aunque el consejo de administración lo dejó en 2004) y se dedicó a sus propios proyectos. A su muerte –falleció en 2013 a causa de un derrame cerebral– la fortuna de Rosalía ascendía a la friolera de 4.700 millones de euros. Era la mujer más rica de España.

Su hermano Antonio: el primogénito.

El mayor de los hermanos, Antonio Ortega –que murió en 1987 a los 59 años–, fue pieza fundamental en la creación de lo que sería Inditex. Se dice de él que era observador y apacible, que supo establecer los contactos oportunos en el mundo empresarial y cultivó las relaciones sociales. Desde el principio, en el proyecto también estuvo su mujer, Primitiva Renedo, la modista que empezó a confeccionar (junto a Rosalía Mera) las batas de boatiné con hombreras que les dieron el primer impulso. Juntos tuvieron una hija, Dolores, que hoy sigue siendo accionista de Inditex. Antonio falleció dos años después de que se fundara Inditex como sociedad holding del grupo, como paraguas de las empresas que habían creado hasta entonces. Los dos hermanos se repartieron las tareas ejecutivas y formaron el primer tándem en la dirección y gestión de la empresa familiar.

José María Castellano: su primer fichaje.

Cuando la empresa aún era un taller de fabricación de batas, Amancio solicitó un préstamo de ocho millones de pesetas a un banco coruñés para comprar un cargamento de telas que llegaba al puerto de Barcelona. De la sucursal salió con el dinero y, según cuenta El Confidencial, con una recomendación: la de José María Castellano (A Coruña, 1947), para manejar sus cuentas. Primero fue consejero delegado y años después, vicepresidente y miembro del consejo de administración. Cuando Amancio le fichó era 1984 y juntos levantaron el imperio Inditex, hasta que en 2005 rompieron su relación laboral y, más aún, su amistad. Se dice que Castellano tuvo que presentar su dimisión en la empresa tras la intentona fallida de comprar la histórica Unión Fenosa (y, al parecer, un amago de ser promovido a la presidencia de la eléctrica a espaldas de Ortega), algo que Amancio no perdonó. Los exsocios son hoy vecinos del mismo barrio de A Coruña.

Su primera hija: Sandra.

Sus primeras fotos trascendieron a raíz del entierro de su madre, en 2013. Aunque a los 16 años, cuando sus padres se separaron, se puso claramente del lado de su madre, Sandra Ortega Mera ha sacado el carácter discreto y el deseo de privacidad de su padre. Casada con su amor de juventud, Pablo Gómez (directivo en Inditex), con él tiene tres hijos: Martiño, Antía y Uxía. Como ella, sus hijos fueron a institutos públicos, y pocos detalles han trascendido de su carácter: no le gustan los coches lujosos, tiene una casa en la costa de Oleiros (frente a A Coruña) y otra en la aldea As Fragas do Eume y que al fallecimiento de su madre Rosalía en 2013 pasó de ser la segunda mujer más rica de España a la primera. Forbes estima su fortuna personal en 6.000 millones de euros. Licenciada en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela, posee el 5% de Inditex y de la farmacéutica Pharma Mar. Según informaba El Mundo en 2014, Sandra ha invertido en edificios en Los Angeles (también Hollywood), Miami, Nueva York o Londres, la mayoría con uso hotelero. Es, también, la presidenta de la Fundación Paideia Galiza (donde trabajaba mano a mano con su madre, hasta su fallecimiento) por las oportunidades de integración a personas con discapacidad y está entregada al cuidado de su hermano Marcos.

Su hijo: Marcos.

El nacimiento de Marcos con una profunda parálisis cerebral sacudió, como es lógico, a la familia. El pequeño de los Ortega Mera estuvo siempre al cuidado de su madre, Rosalía, quien buscó alivio en el psicoanálisis y se volcó en la ayuda a otras personas haciendo una especie de voluntariado en el departamento de atención temprana de los servicios sociales de la Xunta, dedicándose especialmente a gente con parálisis cerebral.

Nunca ha trascendido una foto ni más información sobre el único hijo varón de Amancio Ortega, pero en la biografía de su mujer se cuenta que aquello marcó para siempre al empresario, que encontró en el trabajo el lugar donde volcarse.

Su segunda mujer: Flora.

Flora Pérez Marcote (de 66 años) es el pilar en el que se sustenta desde hace más de 30 años Amancio Ortega. Sus allegados la llaman Flori de manera cariñosa. La madre de Marta Ortega, heredera del imperio Inditex, prefiere pasar desapercibida y no hacer alarde de grandes lujos.

De origen humilde, sus padres emigraron a la ciudad y se instalaron en un barrio obrero de A Coruña. Dicen que de su madre heredó su buen gusto para la moda y tiene siete hermanos (de los que tres trabajan en Inditex). Su vida cambió para siempre a comienzos de los 80, cuando conoció a un todavía casado Amancio mientras trabajaba como dependienta en la tienda Zara en la calle coruñesa de Torrerio. Josefa, la hermana de Amancio, intuyó lo que pasaba y, según se cuenta, en un intento de salvar el matrimonio de Amancio destinaron a Flora a Vigo. Poco después, en enero de 84, nacía Marta, la única hija de Flora y Amancio.

En 2001, tras 19 años de convivencia, se casaron casi en la intimidad en el Pazo do Drozo, en Cambre, una de las propiedades del gallego. Cuentan que adora a su marido, al que llama "mi amor" y con el que pasea agarrada del brazo por los alrededores de su casa (un dúplex lujoso pero sin excesos) en el barrio de Zalaeta (conocido como Zaraeta por los muchos directivos y empleados de la empresa que viven allí). Le gusta jugar a las cartas con sus amigas, pasar los fines de semana con su nieto, Amancio Jr., y disfrutar de jornadas en alta mar a bordo del yate de la familia. Actualmente, Flora Pérez es consejera de Pontegadea (holding del empresario) y socia en Inditex, pero, sin duda, para ella la tarea que más le llena es la de vicepresidenta del patronato de la Fundación Amancio Ortega, cargo que ostenta desde 2005, cuyos fondos se dedican a proyectos de bienestar social, oncología y al apoyo a organizaciones como Cáritas o Proyecto Hombre.

Su benjamina y heredera: Marta.

El perfil de Marta Ortega Pérez (Vigo, 1984) es muy diferente al de su hermana mayor Sandra. Marta tuvo una au pair británica, estudió en los jesuitas de A Coruña, cursó el bachillerato en Suiza y la carrera de Empresariales en la European Business School de Londres. A los 23 años se incorporó a Inditex, donde ha ido rotando por distintos departamentos, desde un puesto de cara al público en una de las tiendas de Zara en Chelsea (Londres) hasta su actual posición en Arteixo, donde trabaja en el departamento de diseño de moda con la responsable de la colección, Beatriz Padín.

Llamada a ser la heredera de la firma, ha sido ella quien ha sacado a su padre del ostracismo público. Lo hizo en su primera boda, con el jinete Sergio Álvarez Moya (con quien tuvo a su hijo Amancio, en 2013), celebrada en 2012 en la misma capilla donde se casaron sus padres. Lo hizo también en su 80º cumpleaños, cuando Marta le preparó un homenaje sorpresa junto a los empleados, en 2016. Y lo hizo de nuevo en la segunda boda de Marta, con Carlos Torreta (hijo del célebre diseñador Roberto Torreta y con quien tuvo a su hija Matilda en 2020), en A Coruña en 2018, en una celebración rodeada de famosos. Su pasión por los caballos le viene desde niña y, se cuenta, por ella el propio Amancio ha volado a Reino Unido para conseguirle los mejores ejemplares. También inspirado por Marta, el empresario construyó Centro Hípico Casas Novas, en la finca de Corzo, una antigua factoría lechera, donde invirtió nueve millones de euros.

Aunque discreta, Marta se mueve en el círculo de la jet (Chris Martin, el vocalista de Coldplay, cantó en su boda, a la que acudieron Rafael Medina y Laura Vecino, Rosaura Varo y Amaia Salamanca, Alfonso de Borbón y Eugenia Silva, Jon Kortajarena o Athina Onassis, entre muchos otros) y se codea con las altas esferas de la moda: no solo es habitual verla en primera fila de desfiles de firmas como Valentino, cuyo director creativo Pier Paolo Piccioli diseñó sus vestidos de boda, sino también codeándose con personalidades de la talla de Anna Wintour o Diane von Furstenberg. A pesar de su carácter reservado, se ha convertido en un icono de moda.

Además, Marta es consejera de Partler, la sociedad a la que el fundador de Zara traspasó el control del 9,28% de Inditex, según informó Cinco Días, y también es miembro del patronato de la Fundación Amancio Ortega.

Sergio Álvarez: el primer marido de Marta.

Sergio Álvarez Moya y Marta Ortega se conocen desde niños. Les unió su pasión por los caballos: "A los 12 años ella y yo hablábamos mucho, y también lo hacía con su padre, Amancio Ortega. Pero te aseguro que no tenía ni idea de quién era", contó el jinete en una entrevista concedida a ABC.A los 16 años, el asturiano ganó los campeonatos de España y Europa, y dos años después se mudó a Bélgica con su hermano Julio para perseguir su sueño. Llegaron a tener casi un centenar de caballos y él alcanzó la cima del éxito en la equitación.

Sergio y Marta mantuvieron un noviazgo de tres años y se casaron el 18 de febrero de 2012. La boda se celebró en el pazo que Amancio Ortega posee en Anceis, donde se había casado él mismo con Flora. Asistieron 250 invitados. Ainoha Arteta, muy amiga de la pareja, cantó el Ave María de Schubert y apenas hubo celebrities. El el 5 de marzo de 2013 nació su hijo Amancio y menos de dos años después, llegó una separación "amistosa" que sigue siéndolo a día de hoy. Tiempo después, Sergio contó que cuando llegó el divorcio "aún estaba enamorado de Marta". "Me casé muy joven, aunque habíamos vivido mucho tiempo juntos. Resulta muy difícil convivir con una persona con una carrera como la mía. Nunca puedo hacer planes" y "no lo paso bien si estoy separado de los caballos", reconocía.

Cuando se oficializó la ruptura, Álvarez trasladó su cuadra desde Arteixo hasta Holanda, uno de los países punteros en hípica. Allí alquiló una finca de cuatro hectáreas valorada en dos millones de euros para establecer su negocio.

Carlos Torreta: el segundo marido de Marta.

Hijo del diseñador argentino Roberto Torretta, vicepresidente de ACME (Asociación de Creadores de la la Moda de España), y Carmen Echevarría, estudió Bellas Artes y Publicidad en la Universidad de Pace de Nueva York. Tiene una hermana, María. Carlos se instaló en el West Village de Manhattan y comenzó su carrera profesional en el mundo de la publicidad y saltó a la industria de la moda como agente de modelos de la agencia The Society Model Management, donde se convirtió en el representante de grandes tops como Adriana Lima o Kendall Jenner. Trascendieron sus noviazgos con un ángel de Victoria’s Secret (la canadiense Andie Muse) y Victoria Traina, estilista e hija de la escritora Danielle Steel. Pero fue en 2016 cuando conoció a Marta Ortega (se dice que en la fiesta de cumpleaños de Eugenia Silva) y desde entonces no se han separado. Se instalaron en A Coruña y Carlos se integró en el equipo de e-commerce de Zara.

Carlos y Marta se casaron por todo lo alto en 2018 en una impresionante boda on 400 invitados (y que, al parecer, costó 20 millones de euros) y con las actuaciones de Chris Martin, Norah Jones, Jamie Cullum y el dj Mark Ronson. En marzo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia del coronavirus, llegaba su primera hija en común, Matilda.

Su hermana Pepita: la que le llevaba las cuentas.

Josefa Ortega Gaona, Pepita para sus allegados, fue clave en los comienzos de Inditex. Bautizada en honor a su madre, formó junto a sus hermanos Antonio y Amancio el equipo clave del que nacería el gigante textil. Así lo contábamos en Vanity Fair: “Los tres hermanos tuvieron la suerte de reunir los perfiles necesarios para hacer despuntar un negocio de moda: (…) Josefa, una mujer con gran capacidad de trabajo que había estudiado finanzas, era la que se ocupaba de llevar las cuentas”.

Pepita permaneció unida al negocio familiar y ejerció como consejera de Inditex desde el primer día hasta 2002, año en el que presentó su dimisión al alcanzar la edad máxima que permite su puesto. Había sido consejera de la Sociedad y miembro de la Comisión Ejecutiva.

Josefa, que ha tenido su residencia en la finca de Santa Cruz de Oleiros junto con otros familiares, se casó con el coruñés Miguel Jove González, que también trabajaba en Inditex (fallecido en 2011), en su caso en el departamento laboral. Tuvieron dos hijos, María José (casada con el hijo de José Manuel Romay Beccaria, ministro de Sanidad con Aznar) y Miguel, quien, sorpresa, también es empleado de Inditex. Retirada del día a día de la empresa desde hace casi dos décadas, Josefa disfruta hoy de sus negocios en el ladrillo. Con la salida a Bolsa de la compañía cobró 95 millones de euros, y a fecha de 2011, en datos de ABC, conservaba el 0,54% del accionariado. Ahora su patrimonio crece con Incio Inversiones, donde tienen presencia sus hijos. Según detalla El Mundo, entre sus múltiples actividades comparte una sociedad, Artinver, con José María Castellano, el antiguo socio y mano derecha de Amancio. Realiza inversiones en una docena de sicavs, y tiene su patrimonio repartido en varios fondos.

Su sobrina Loli: la filántropa discreta.

Dolores Ortega Renedo (A Coruña, 1959), Loli para sus íntimos, es la tercera mayor accionista histórica de Inditex. Es hija de Antonio, hermano de Amancio y cofundador de Inditex fallecido en 1987 con 54 años, y de Primitiva Renedo Oliveros. Casada con Juan Carlos Rodríguez Cebrián, director general de Inditex entre 1997 y 2005, tiene dos hijos, María José y Miguel Jove Ortega. Su padre fue quien acompañó a Amancio a pedir el primer préstamo bancario en una sucursal del barrio coruñés de Los Mallos. Con el montante, los hermanos Ortega Gaona fundaron Goa Confecciones, el embrión de Zara y del gigante Inditex. Cuando Inditex salió a bolsa, en 2001, Loli cobró 208 millones de euros y conservó el 0,9%, valorado en 650 millones de euros, según publicó El Mundo.

Tal y como contó Paloma Simón en Vanity Fair, “después del divorcio de Amancio y Rosalía, en 1986, Loli siempre mantuvo una buena relación con la empresaria y filántropa. “Eran casi vecinas. En el terreno en el que vivía Rosalía se encuentran también las residencias de Loli y de su madre —cuenta un conocido—. Loli y Rosalía compartían peluquería en el centro de A Coruña. Su trato siempre fue cordial”. Su presencia en el entierro de su tía política no extrañó en el entorno blindado de los Ortega. Es más, uno de sus dos hijos acompañó de la mano a Amancio Ortega durante casi todo el sepelio.

Según La Voz de Galicia, Dolores ha donado una importante cantidad de material para la lucha contra el coronavirus, en concreto, 15.000 pantallas de plástico, 250.000 mascarillas, 25.000 test y más de 200 monitores, entre otros efectivos, destinados al Sergas (Servicio Gallego de Salud) y los cuerpos de seguridad.

Pablo Isla: el sucesor.

El curriculum de Pablo Isla (Madrid, 1964) está coronado de hipérboles. El mejor ejecutivo del mundo según Harvard, el mejor CEO del mundo según Harvard Business Review, el mejor CEO de la década para Forbes. El hombre que ha conseguido triplicar la dimensión de la compañía hasta ser la primera empresa de España por capitalización, con unos 95.000 millones de euros. A su lado, aunque no se prodigue en eventos públicos ni actos sociales, siempre ha tenido a una mujer clave: su esposa, María de la Vega Cabrera”. Con ella tiene tres hijos: Santiago (cantante del grupo indie Chelsea Boots), Belén y Cecilia.

Se conocieron mientras estudiaban COU, por la rama de letras, en el colegio madrileño jesuita Nuestra Señora del Recuerdo (el mismo al que fueron Rodrigo Rato y Alberto Ruiz Gallardón). Después estudió Derecho en la Universidad Complutense y terminó como el número uno de su promoción. Llevan una vida tranqula y discreta, viven en Oleiros, las Navidades las pasan en Madrid con la familia, y el verano en Capdepera, en Mallorca. A Isla lo fichó Ortega a través de una empresa de cazatalentos cuando era presidente de Altadis. Entre los logros que se le atribuyen en Inditex está el impulso del desarrollo sostenible, el exitoso lanzamiento de las tiendas online de la empresa, la incorporación de los elementos de la moda de primera línea al catálogo digital de Zara (los mejores fotógrafos del mundo, las modelos más relevantes) y cierta apertura en la estrategia de comunicación (si bien, como todo el mundo sabe, Zara sigue sin hacer publicidad, sí que ha abierto la marca a colaboración con influencers y a la presencia en redes sociales).

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