María León: "Esta crisis debería servir, entre otras cosas, para que valoremos más ir al cine"

A diferencia de Eva, el personaje que interpreta en La lista de los deseos (estreno 3 de julio), una mujer con cáncer de pecho que se propone cumplir todos sus sueños pendientes, María León (Sevilla, 1984) nunca ha vivido con expectativas. Su ausencia de plan le ha funcionado muy bien. Ganó un Goya en 2012 como actriz revelación por La voz dormida y con su primer protagonista, Marsella, obtuvo una nominación dos años más tarde. Hay que sumar una serie de éxito como Allí abajo (Antena 3) y la reciente incorporación al fenómeno global La casa de las flores (Netflix).

Si algo ha hecho el parón al que nos ha obligado el confinamiento ha sido confirmar que es mejor ir enfrentándose a lo que va llegando. María se encontraba inmersa en la gira teatral de La pasión de Yerma, una actualización del personaje lorquiano, y se bajó de los escenarios para quedarse en casa. “Aproveché sobre todo para meditar, para encontrarme conmigo misma y estar tranquila”, reconoce. “También para reconciliarme con cierto sentido de culpa: me sentía mal por encontrarme tan bien, disfrutando de mi casita, mi tiempo y mi soledad en una situación tan complicada para muchas personas”. Ella, a la que también conocen como “la Leona de María”, lidió con su enjaulamiento mejor de lo que pensaba.

En videoconferencia permanente con su madre, Carmina Barrios –“estaba muy preocupada al principio, pero sabiendo que sus hijos estaban bien ya se relajó”–, estos meses de encierro los ha invertido bien. “He visto películas que se me habían escapado, como Joker y Parásitos, que me dejó con un mal cuerpo tremendo, y he recuperado con más calma la serie de mi hemano Paco y mi cuñada Anna, Arde Madrid, y la de Leti [Dolera], Vida perfecta. ¡Y qué buena que es The Morning Show! Jennifer Aniston y Reese Witherspoon están impresionantes… También he encontrado mucha paz y armonía leyendo a la poetisa india Rupi Kaur; recomiendo muchísimo su libro El sol y sus flores”.

En plena desescalada, con los cines reabriendo en esta nueva normalidad que se impone, sobre La lista de los deseos recae la responsabilidad de que el público regrese a las salas. “Yo soy la primera que reconoce que todo es muy raro”, asume. “Cuando me dijeron que habría estreno con alfombra roja y todo eso no me lo podía creer, pero así es. Y es lo que tenemos que hacer. Después de tantos días encerrados en casa, viendo películas en la tele, esta crisis, entre otras cosas, debería servir para que valoremos todos mucho más la experiencia de ir al cine; desde luego, yo tengo ganas de volver”.

Prevista para estrenarse en mayo, a La lista de los deseos este tiempo de espera le ha dado un valor extra para María. “No es fácil encontrar personajes así, es todo un reto”, asegura la actriz, que recuerda dos momentos especiales del rodaje. El primero, sucedió delante de las cámaras, cuando, junto a su compañera Silvia Alonso, filmó la escena en la que se rapaba la cabeza. “Fue muy emocionante, porque solo lo podíamos hacer en una toma y ahí nos salió todo a las dos”. El segundo, tuvo lugar en la playa de Tarifa, al final de una jornada de trabajo, con Victoria Abril, la otra integrante del trío protagonista. “Era de noche, soplaba un viento enorme y estábamos a gustísimo en un chiringuito, con todo el equipo y amigos que habían venido a vernos, como Andrés Velencoso. Victoria y yo nos miramos y dijimos que nos apetecía meternos en el mar. Nos quitamos la ropa y para allá que fuimos. Todos nos miraban como a dos locas”, recuerda entre risas, y remata orgullosa: “No todo el mundo puede decir que se ha bañado desnuda y abrazada con Victoria Abril”. Por supuesto, algo así no se puede planear.

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