El Distrito C, la sede de Telefónica en Las Tablas, uno de los nuevos barrios de Madrid, es uno de los centros de trabajo más grandes de nuestro país. Hasta el 11 de marzo, acogía a cerca de 12.000 empleados. Hoy está prácticamente vacío: menos de 50 permanecen en las oficinas o cruzan sus jardines. El resto trabaja desde casa para mantener uno de los servicios esenciales durante el estado de alarma. Son el 95% de los empleados de la compañía, más de 20.000 en todo el territorio.
María Jesús Almazor (Barcelona, 1970), consejera delegada de Telefónica España desde hace dos años, es una de ellas. Durante casi tres meses, ha trabajado sin salir de casa para que la compañía prestara servicio a sus usuarios (41,8 millones de acceso de telefonía fija, móviles, datos y televisión de pago, para clientes privados y empresas). El día en que se realiza esta sesión de fotos, regresa de forma excepcional al Distrito C. Armada con dos móviles (uno para hablar, el otro para escribir sin parar), piensa cómo será la vuelta a las oficinas, “con cautela, pero avanzando”.
Y mientras, sueña con ver a su familia, que vive en Barcelona –“aunque las videollamadas han funcionado estupendamente”– y disfrutar de los deportes en el mar, “que es lo que más me gusta. ¡Ya queda menos!”. “Somos conscientes de la importancia del servicio que damos, y más en estos momentos –reconoce Almazor–. Hemos estado confinados con un nivel de confort importante y hemos podido continuarbuena parte de la actividad económica. La red ha vertebrado la economía en estos meses”. Y lo ha hecho gracias al teletrabajo, esa entelequia que creíamos imposible en nuestro modelo laboral.
La transformación digital hay que hacerla sí o sí, pero ya no podemos esperar más».
Mujerhoy ¿Ha sido muy complicada esta experiencia, en una de las empresas más digitalizadas de nuestro país?
María Jesús Almazor En realidad, somos la telco más digitalizada de Europa. Nosotros ya teníamos incorporado el teletrabajo, no todos los días, en este volumen, ni en la alta dirección pero sí un trabajo en movilidad, con el móvil y el ordenador. Estábamos preparados, pero no estaba probado, y ha funcionado. Y hemos podido ayudar a muchas empresas a hacerlo.
M.H. ¿España estaba lista para pasar de trabajar en las oficinas a las casas, o se han ido salvando obstáculos sobre la marcha?
M.J. Almazor Ha sido la primera experiencia nacional de teletrabajo, porque hubiera sido imposible probarlo antes de esta manera. ¿Estábamos preparados? Claramente sí, con algún imprevisto que se ha ido solucionando, pero creo que el resultado ha sido excelente. Nosotros hemos apostado desde hace años por proveer a España de una infraestructura de telecomunicaciones que ahora es la mejor de Europa. Sin esta red robusta, hubiera sido imposible. Lo probamos el lunes 16 de marzo, cuando mucha gente en este país pudo ponerse a teletrabajar desde casa. Y no ha sido solo teletrabajo, también formación online de los niños, videollamadas con las familias… Ahí están las cifras: ha habido un crecimiento en el tráfico de datos de más del 30%; de un 85% en llamadas de móvil; más del 40% del tráfico de teléfono fijo; se ha multiplicado por ocho el volumen de las videoconferencias; el de WhatssApp por seis; Netflix por cuatro; nuestra televisión ha tenido más del doble de consumo… Esto se ha conseguido gracias a un despliegue que ha requerido mucho tiempo e inversión. Hemos visto que faltaban empresas que no tenían sus datos en la nube y quizá formación de habilidades digitales. Estos meses han sido un curso acelerado de formación y una experiencia piloto total de teletrabajo.
M.H. Usted, que lleva 25 años trabajando en Telefónica, ayudó a crear esa infraestructura tan necesaria de la que habla.
M.J. Almazor Sí, los primeros 15 años en la compañía estuve en operaciones. Y puse en marcha el 2G, así que imagínate lo antigua que soy… [Risas]. Me acuerdo que, con aquellos primeros teléfonos tan grandes, me metía en las cabinas porque me daba vergüenza llamar en la calle cuando hacíamos prueba de cobertura. He trabajado mucho tiempo en el despliegue de infraestructuras, como la fibra. Creo que España es hoy otro país gracias a estas redes.
El día que volvamos a la normalidad vamos a ser personas y organizaciones más digitales. Ya no somos los mismos».
M.H. Sin ese despliegue, ¿habría sido imposible mantener el nivel de comunicación y actividad en las empresas durante el confinamiento?
M.J. Almazor Imposible. Sin esa base, no hubiéramos podido conseguirlo. Hasta ahora hemos hecho los deberes: hay una buena red y tenemos que estar orgullosos de ella como país. Ahora nos quedan otras cosas que abordar. ¿En qué nos ha cambiado estos meses de confinamiento? En primer lugar, nos hemos dado cuenta de que hay profesiones y servicios que son mucho más relevantes de lo que creíamos. Evidentemente, el sanitario, que sabíamos que era importante, pero no sé si tanto. Y el mundo de la alimentación. Y las telecomunicaciones. ¿Qué hubiéramos hecho sin contenidos de televisión, sin comunicarnos con nuestros familiares, sin tener noticias de los amigos, sin que las empresas pudieran continuar con su negocio? Muchas de las cosas que hemos vivido se van a quedar y tenemos que aprender de lo que ha pasado para avanzar. El día que volvamos a una nueva normalidad vamos a ser personas y organizaciones más digitales, claramente. Nuestro hogar ha cambiado: hemos conseguido que sea oficina, colegio, gimnasio, cine… Ahora es diferente y también la empresa. Tenemos que adaptar la organización, las capacidades de las personas, los estilos de liderazgo, porque vamos a necesitar algo diferente. Ya no somos los mismos, ni como ni como hogares. Y tenemos que adaptarnos a esta nueva situación.
M.H. ¿Hay riesgos en ese cambio, como que aumente la brecha digital de una parte de la sociedad?
M.J. Almazor Casi el 90% de los hogares tienen acceso a banda ancha. Donde hay un peligro de brecha es en las capacidades digitales y en la formación, más que en el acceso. Tenemos una muy buena red y vamos a seguir esforzándonos para que llegue a todo el mundo, pero donde creo que hay que trabajar, tanto empresas como administraciones públicas, es en la formación.
M.H. En alguna ocasión ha dicho que “en el siglo XXI, la riqueza se medirá por el nivel de digitalización”. ¿Qué papel va a desempeñar la tecnología en la salida de la crisis económica? ¿De qué manera hay que utilizarla para fomentar la creación de empleo?
M.J. Almazor El papel de la digitalización es clave para la vuelta a la normalidad, tanto social como económica. Y el plan tiene que ser muy claro: la seguridad y la confianza son claves para el futuro que nos espera. Creo, además, que hay una mayor sensibilidad hacia los valores, más conciencia social. Las empresas tenemos que revisar todos los planes, pero la digitalización va a ser clave en la reincorporación. Durante los últimos dos años se ha dicho que la transformación digital es una ne esidad, que las empresas que no lo hicieran no subsistirían. Y ahora hay que añadir la urgencia: la transformación digital hay que hacerla sí o sí, pero ya no podemos esperar más. Ayudará a la creación de empleo, a la riqueza, va a ser clave en el PIB y la competitividad del país en este mundo futuro. Pero me gustaría destacar que el futuro es mañana. Tenemos que abordarlo ya, no hay tiempo.
M.H. ¿En estos tres meses se han acortado los plazos previstos para ese proceso?
M.J. Almazor Las estimaciones de tráfico que había a finales de abril correspondían a las previsiones que había para el año que viene. Hemos adelantado más de año y medio en dos meses. Los plazos se han acortado. Lo que antes era una necesidad ahora es una urgencia y tenemos que ser capaces de ejecutarlo de manera rápida. Soy optimista, creo que estamos preparados para hacerlo, pero hay que ponerse a ello.
M.H. ¿Cree que la crisis puede afectar más al empleo femenino, por la menor presencia de mujeres en las profesiones técnicas?
M.J. Almazor Evidentemente, tener menos del 20% de mujeres en las carreras STEM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas] es un problema que hay que abordar. Además, en cualquier profesión las habilidades digitales van a ser fundamentales. Tenemos que trabajar para que las chicas tengan presentes estas carreras, porque si no podemos correr el riesgo de que se queden un paso atrás. Pero hay una gran oportunidad, porque en las nuevas profesiones mujeres y hombres partimos de la misma experiencia. Yo, por ejemplo, he estudiado ingeniería: la primer ingeniera de la historia consiguió su título en 1915, pero el primer ingeniero vivió en el año 1.700 antes de Cristo. Ahora, sin embargo, por primera vez en la historia las mujeres se van a incorporar a algunas profesiones con la misma experiencia que los hombres.
M.H. Y desde su experiencia, ¿cómo animaría a las mas jóvenes a que estudien carreras técnicas?
M.J. Almazor Yo voy mucho a los colegios para animarlas… Creo que tenemos que buscas referentes. Hasta los nueve años, niños y niñas tienen el mismo interés por la tecnología. Tenemos que trabajar mucho de los seis a los nueve años para que las niñas no pierdan ese interés, porque capacidades tenemos exactamente las mismas.
M.H. Ahora que parece que vamos volviendo a la normalidad, ¿no temen que hayamos acabado saturados de tantas pantallas durante estos meses?
M.J. Almazor Yo creo que hemos vivido un momento llevado al extremo, cada uno como podía, porque no podíamos salirde casa, pero de eso también hemos aprendido. Lo que tenemos que llevarnos es toda lo positivo: la conciliación laboral, el ser más productivo…
M.H. ¿Y usted ha podido conciliar?
M.J. Almazor Te voy a ser sincera, estos meses no han sido de trabajo normal. Hemos dado servicio a hospitales de campaña, hoteles medicalizados, educación, conectividad… Con urgencias importantes que había que atender. Pero he aprendido las fortalezas que tiene el teletrabajo. Creo que lo tenemos que utilizar más, no es necesario estar cada día hasta muy tarde en la oficina; puedes tener otro horario y la gente lo valora. Hay que ser muy prácticos con lo positivo que hemos aprendido.
M.H. ¿Y qué más ha aprendido en este tiempo?
M.J. Almazor La capacidad de las personas por volcarse en los momentos más complicados. Estoy muy orgullosa del equipo a por cómo ha actuado en estos momentos en que éramos tan necesarios. Esto iba mucho más allá de la compañía, eran las personas. Y eso es lo que me lo llevo.
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